La ecotasa vasca

El Gobierno vasco dejará en manos de los municipios la decisión de implantar o no un impuesto que grave las estancias turísticas. Es una tasa potestativa, voluntaria: quien quiera la implanta y quien no quiera, pues no. Y viva la autonomía municipal. No es mala idea. Si Euskadi fuera un archipiélago, a lo mejor hubiese dejado la también llamada ecotasa en manos de las islas, quién sabe… Lo único cierto es que lo recaudado se deberá destinar de forma exclusiva al fomento de políticas turísticas sostenibles, como la recuperación del patrimonio o el impulso de la investigación turística. La ecotasa vasca da así sus primeros y sólidos pasos en esta dirección, como otros muchos destinos en España y Europa, mientras que el Gobierno de Canarias no quiere ni oír hablar del tema.

Ecotasa vasca, ni general ni obligatoria, sino particular y potestativa
Los vascos siguen la estela de Cataluña y Baleares, pero, a diferencia de estas comunidades, se trata de un impuesto autonómico de aplicación municipal. Esto es, los ayuntamientos tendrán plena autonomía para decidir si quieren o no establecer este gravamen a las pernoctaciones, cuya aplicación debería aprobarse por mayoría en pleno. El impuesto será progresivo y se aplicará a todo tipo de establecimientos hoteleros, viviendas o habitaciones para uso turístico y otras instalaciones turísticas, aunque con algunas excepciones, como el turismo de tercera edad del Imserso. Ni general ni obligatoria, sino particular y potestativa: así es la tasa turística vasca. Sobre su implantación hay opiniones para todos los gustos, tantas como siglas políticas, pero ese es otro asunto, ya que al menos han puesto el tema encima de la mesa de debate.

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