A la espera de la resolución del contrato

La insoportable guerra de la basura en Yaiza

Mientras concluye el proceso de rescate del servicio de recogida de basura, los vecinos y los turistas afrontan un verano caluroso y maloliente.

La insoportable guerra de la basura en Yaiza

La situación comienza a ser insoportable en Yaiza, pero a la población no le queda otra que aguantar. La empresa de recogida de basura asegura que los residuos han aumentado extraordinariamente y le pide al Ayuntamiento que revise el contrato. El Consistorio dice que ni hablar y pretende rescatar el servicio. Mientras tanto, los vecinos y turistas tratan de acostumbrarse a una imagen cada vez más usual: contenedores repletos y, a su alrededor, bolsas de basura en el suelo.

Primeros de abril de 2018. El Ayuntamiento de Yaiza insta a la empresa responsable de la recogida de residuos sólidos urbanos a mejorar el servicio.  El Consistorio había detectado el empeoramiento de las prestaciones, en especial en el núcleo turístico de Playa Blanca. El alcalde, Óscar Noda, dio el aviso: “si cumplimos rigurosamente con los pagos, lo mínimo que pedimos es un servicio en condiciones para nuestros vecinos, y si definitivamente no es posible, valoraremos rescindir el contrato”.
 
En aquel momento, el Ayuntamiento exigió a la adjudicataria la frecuencia estipulada en el itinerario de los camiones recolectores de basura, atención a las zonas de mayor concentración de desechos y mejoras en el lavado de contenedores, entre otros extremos, todo ello de acuerdo con el contrato. Yaiza adjudicó en 2012 el contrato de recogida de basura a la empresa Hernández Bello, SL, durante diez años, prorrogable a dos más, por valor de siete millones de euros, sin IGIC, incluida la prórroga.
 
Aumento de la población de derecho y en los récords en la ocupación turística
 
Unos días después, la empresa salió a la palestra y negó cualquier responsabilidad en el empeoramiento del servicio en el municipio. En un comunicado, Hernández Bello, SL, reconocía las molestias y trastornos a vecinos, turistas y empresas, pero aseguraba que el problema obedecía al “inusitado incremento de los residuos” y en el hecho de que el Consistorio no aceptó revisar el contrato al alza.
 
Al poco tiempo, la compañía constata que el volumen de residuos que tienen que recoger diariamente está “en completa contraposición con los datos facilitados en las bases fijadas en los pliegos de la contratación”. Según la empresa, la explicación estaría en el aumento de la población de derecho y en los récords en la ocupación turística. Entre 2012 y 2017, los residentes en el municipio aumentaron en 1.100 personas; en el mismo período, la afluencia a la isla creció en un millón de turistas.
 
Hernández Bello, SL, asegura que ha venido solicitando “reiterada e infructuosamente la aplicación de las previsiones legales, generales y específicas, contempladas en los pliegos, para corregirla”, adaptando el contrato a la realidad. Asimismo, sostiene que continúa cumpliendo “fiel, escrupulosa, rigurosa, puntual y cabalmente cuantas obligaciones le corresponde asumir en el contrato”.
 
Inicio del expediente de resolución del contrato de recogida de residuos
 
Al estallar el desencuentro entre ambas partes, el 2 de abril la empresa retira los “medios materiales y humanos adicionales” que había venido destinando al servicio desde el año 2016, para poder hacer frente al aumento del volumen de residuos. La empresa defiende que aportó esos recursos adicionales “motu propio y sin obligación ni compensación alguna” y “asumiendo íntegramente su coste” porque era “plenamente consciente de la trascendencia del servicio público que presta”. No obstante, dos años después decidió retirar esos medios extra, limitándose a cumplir con el contrato.
 
El choque ya es total. El 28 de junio, el Pleno del Ayuntamiento acuerda el inicio del expediente de resolución del contrato de recogida de residuos sólidos urbanos, amparándose informes técnicos, policiales y sanitarios, que confirmarían “incumplimientos graves y constantes por parte de la adjudicataria”.
 
Una vez desatadas las hostilidades y sin posibilidad de retorno, el Ayuntamiento ha recordado que el servicio se licitó hace seis años en 13 millones de euros y, sin embargo, la concesionaria lo asumió “por casi la mitad del importe ofertado, es decir, 7 millones de euros por un periodo de diez años, prorrogable a dos más”. El Consistorio introduce la posibilidad de que se produjera una baja temeraria, que sería de completa responsabilidad de la empresa.
 
Mientras concluye el proceso de rescate del servicio, los vecinos y los turistas afrontan un verano caluroso y maloliente, así como un paisaje urbano marcado por la acumulación de residuos y situaciones de notoria insalubridad. Al límite de la emergencia sanitaria.

Comentarios