DÍA DEL RECICLAJE
La recogida selectiva de residuos en Lanzarote supera las 11.000 toneladas
17 de mayo de 2020 (11:10 h.)
Instituciones y organismos de todo tipo tratan de concienciar a la población sobre la importancia de tratar los residuos de forma adecuada para proteger el medio ambiente.
El año pasado se recogieron selectivamente en Lanzarote y La Graciosa más de once mil toneladas de residuos. Sin embargo, la recogida de residuos domésticos y otros asimilables superó las 107.000 toneladas, por lo que la recogida selectiva representa sólo una décima parte del volumen total que se genera. Por tipo de residuos, el vidrio encabezó la recogida, con más de 5.600 toneladas, seguido del papel/cartón con más de 3.500 toneladas y los envases, con cerca de dos mil toneladas.
Hoy, 17 de mayo, Día Mundial del Reciclaje, instituciones y organismos de todo tipo tratan de concienciar a la población sobre la importancia de tratar los residuos de forma adecuada para proteger el medio ambiente, porque ya no se acepta arrojarlos a un vertedero, sin más. En particular, en esta jornada se pone el énfasis en reducir el volumen de los residuos generados y minimizar nuestra huella de carbono. Es lo que se conoce como la regla de las tres erres.
Con motivo de la cuarentena, se ha detectado un mayor consumo de plásticos
La primera es Reducir. Cuando hagamos la compra, se aconseja adquirir productos a granel, que tengan el mínimo envasado posible, a ser posible ninguno, así como usar bolsas de tela evitando las de plástico. La segunda es reutilizar. Se trata de dar una nueva vida a las cosas que ya no nos sirven, por lo que antes de tirarlas a la basura debemos pararnos a pensar si pueden servir para otra cosa. Y la tercera es Reciclar. La mayoría de materiales que utilizamos pueden reciclarse, algo que depende de las instituciones y de cada uno de nosotros mismos. Por ejemplo, el reciclaje de mil kilogramos de papel salva la vida de 17 árboles.
Los residuos urbanos deben ser tratados adecuadamente en algún sitio y de algún modo, y en esto Lanzarote ha registrado importantes avances. Pero el problema es que cada vez se producen más y más residuos constituyendo no sólo un peligro para el medio ambiente, sino una creciente amenaza para la salud de los seres humanos y del propio planeta. Además, la eliminación de residuos es sólo un aspecto del problema, ya que la cantidad que producimos es el resultado de un estilo de vida consumista e insostenible. Con motivo de la cuarentena, se ha detectado un mayor consumo de plásticos, ya que las personas han primado la seguridad sobre otras variables.
Un ámbito en el que aún hay amplio margen de mejora es recurrir más a los puntos limpios
Ocho de cada diez personas reciclan en España. En la isla se ha avanzado mucho desde que nos limitábamos a arrojarla dentro de un cono volcánico reconvertido en vertedero, Zonzamas, por otro lado un valioso enclave arqueológico. Un ámbito en el que aún hay amplio margen de mejora entre la población local es recurrir más a los puntos limpios. Aunque unos cuantos desalmados no lo crean, en vez de arrojar residuos en cualquier descampado hay un lugar alternativo para depositarlos: los puntos limpios. En Lanzarote hay cuatro instalaciones de este tipo y, menos materiales explosivos inflamables y similares, puede entregarse en ellos casi cualquier trasto que no sirve y que no puede dejarse en los contenedores urbanos.
Un punto limpio es una instalación controlada que ofrecer un lugar donde depositar de manera separada los residuos que se generan en los hogares y que no deben arrojarse a la bolsa de la basura común, ni depositarse en los contenedores urbanos de recogida selectiva, que son el azul para cartón, amarillo para envases, verde para vidrio, marrón para orgánico o verde/gris para el resto. Lamentablemente, hay unas cuantas personas que no se han enterado o se las trae al pairo, porque siguen tirando en cualquier rincón de la geografía insular desde escombros a electrodomésticos.
Los residuos más voluminosos que se entregan en los puntos limpios son los mezclados de construcción
Los residuos más voluminosos que entregan los lanzaroteños en los puntos limpios son los mezclados de construcción, es decir, los escombros, y que suponen más de la mitad. Estas instalaciones realizan una labor similar a los contenedores de reciclaje que están junto a los cubos de basura en la vía pública. Dadas sus dimensiones, permiten gestionar casi cualquier tipo de residuo, desde pilas y aceite de cocina, a muebles, electrodomésticos, aparatos electrónicos y baterías, pasando por envases de productos tóxicos del hogar, fluorescentes, bombillas, cartuchos de impresora o tóner.
Un punto limpio es un lugar de entrega, nada más, un espacio intermedio entre el ciudadano y la transformación final del residuo. Esto quiere decir que en el punto limpio no se va a transformar ningún residuo, ya sea para ser reciclado o para ser destruido. Tan solo se deposita en su zona establecida, lo que favorece su catalogación, para, a su vez, facilitar su reciclaje o destrucción posterior en la planta de tratamiento correspondiente. Aquí o fuera de la isla, según la naturaleza del residuo. Los puntos limpios no recogen los residuos generados por actividades industriales o empresariales, y las procedentes de organismos públicos.
Greenpeace: ‘Reciclar no es suficiente’
Un informe de Greenpeace analiza algunas de las trampas del reciclaje, un sistema presentado casi como una panacea por las empresas que ponen envases en el mercado. Pero, no es así, según esta organización ecologista, que subraya que reciclar no es suficiente. Cada año, los mares y océanos reciben hasta 12 millones de toneladas de basura. Estas cantidades, su fácil dispersión y su lento proceso de degradación convierten al plástico en uno de los peores enemigos para los mares y océanos.
En el mejor de los casos, tras usar y tirar los envases de plástico, terminan en un contenedor para ser reciclados. Sin embargo, su reciclaje es muy ineficiente y no logra los propósitos deseados. Cada año, los europeos generamos 25 millones de toneladas de residuos de plástico, pero menos de la tercera parte se recoge para ser reciclado.
En muchos casos, acaban convertidos en microplásticos como consecuencia de su rotura en pequeños trozos. Este tipo de objetos son los que aparecen con mayor frecuencia en las playas, y suponen la mitad de la basura marina. Los microplásticos son diminutos fragmentos de plástico de menos de 5 milímetros, que se acumulan fundamentalmente en el mar, donde son ingeridos por la fauna marina y entran a formar parte de nuestra cadena alimentaria.