Lanzarote despide este jueves al peor año de su historia moderna

A lo largo de 2020 han muerto 9 personas como consecuencia de la covid-19 o por complicaciones en patologías previas asociadas a ella. Cerca de 1.600 han sido contagiadas por el SARS Cov2. Y numerosas economías familiares han sido arrasadas. Y pudo ser peor.
A lo largo de 2020 han muerto 9 personas como consecuencia de la covid-19 o por complicaciones en patologías previas asociadas a ella. Cerca de 1.600 han sido contagiadas por el SARS Cov2, al que comúnmente llamamos coronavirus. En la actualidad hay 102 casos activos. Y numerosas economías familiares han sido arrasadas. Y pudo ser peor. Sólo una buena gestión sanitaria de la pandemia, la responsabilidad individual y el hecho insular, que ha ayudado, ha evitado peores consecuencias en la salud de las personas. Y la decisión de aplicar los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo, los famosos ERTE, ha atenuado la economía de los trabajadores y aliviado la de no pocos empresarios.
Con todo, 2020 ha sido el peor año de nuestras vidas. Al menos de quienes no han conocido las miserias de la guerra, posguerra, sequía, hambre y miseria. Los mayores del lugar siguen teniendo muy claro que esto no es nada comparado con todo aquello. Y seguramente mucha razón tendrán. Pero esto también es mucho.
Termina el año, sin embargo, con la esperanza de la vacuna. Apenas once meses después de que la pandemia estallara en Europa, los laboratorios han sido capaces de desarrollar compuestos que frenen al SARS Cov2. Un tiempo absolutamente récord en los anales de la medicina y en el que se han afanado no pocos equipos científicos para tratar de salvar el mayor número de vidas posible y recuperar cuanto antes las constantes vitales de una economía mundial que ha sentido el golpe y tiene una rodilla en la lona.
En España se supera con amplitud la cifra de 50.000 muertos. En todo el planeta dos millones de personas han muerto como consecuencia de los efectos de la pandemia. El virus no ha entendido de gobiernos ni de gestiones buenas, regulares o malas. Italia y España fueron los primeros países en padecer sus consecuencias. En nuestro caso no pocas residencias de la tercera edad se convirtieron en auténticos mataderos, cuestión que deberá investigarse a fondo cuando termine todo esto.
Todas aquellas críticas que vertíamos sobre nuestros gestores comparando con lo bien que lo estaban llevando en países a los que seguimos mirando con cierta envidia como Alemania, Reino Unido, Francia o la región escandinava, se han ido cayendo, letra por letra, al ver cómo están ahora.
Ayer en Lanzarote se inyectaron más de 260 vacunas, casi dos mil en toda Canarias. El camino que queda sigue siendo muy largo. Pero por fin vemos que hay luz al final del túnel.