Lanzarote es una isla en la que vive gente con la que siempre se puede contar

Este domingo, 20 de diciembre, se celebra el Día Internacional de la Solidaridad Humana. A lo largo de su historia, Lanzarote ha demostrado sobradamente que, cuando se la necesita, siempre acude. Basta hacer una llamada y la gente acude sin preguntar. 

Así se ha demostrado y lo hemos podido comprobar, por ejemplo, sin salirnos de los últimos 30 años de historia insular. Con el desarrollo turístico, Lanzarote ha duplicado su población en un corto espacio de tiempo. Un volumen poblacional que ha traído consigo también no pocos problemas sociales. Frente a ello quizá la mejor muestra de la solidaridad de la que les hablamos: Calor y Café. No ya tan sólo como la encargada de calmar el hambre o el aseo de individuos y hasta familias sino como la receptora de auténticas olas de solidaridad procedentes del tejido empresarial y de la ciudadanía de la isla.

Calor y Café, Cruz Roja, Emerlan o Cáritas, entre otras oenegés, son testigos de la solidaridad local que se refleja también en los bomberos, que acuden a arrimar el hombro al exterior en incendios o tragedias. O los vecinos de Argana, que se moviliza para tejer una red de ayudas que va desde el apoyo al estudio hasta el suministro de alimentos. O las zapatillas usadas que se envían al África continental. O las distintas campañas de recogidas de alimentos o juguetes a cargo de asociaciones como Mararía, Rotary, etc...O los telemaratones que en la segunda mitad de los noventa del siglo pasado unía a los periodistas locales en galas que recaudaban importantes cantidades de dinero con destino a la adquisición de ambulancias. O la solidaridad más moderna de la lluvia de tapones de plástico cada vez que alguna familia lanzaroteña los ha precisado para mejorar la movilidad de alguno de sus miembros. Por no hablar de las olas de solidaridad ante la llegada de los migrantes vía patera. Lanzarote es una isla solidaria.

Naciones Unidas nos recuerda que el Día Internacional de la Solidaridad Humana es un día para celebrar nuestra unidad en la diversidad; para recordar a los gobiernos que deben respetar sus compromisos con los acuerdos internacionales; para sensibilizar al público sobre la importancia de la solidaridad; para fomentar el debate sobre las maneras de promover la solidaridad para el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, entre otros, el objetivo de poner fin a la pobreza y, en fin, un día para actuar y buscar nuevas iniciativas para la erradicación de la pobreza