Astrid Pérez, presidenta insular del Partido Popular, parlamentaria regional y concejala en el Ayuntamiento de Arrecife estuvo el sábado en Dolores. Para que no hubiera duda de su fidelidad a la virgen patrona, subió a Twitter una foto que desde el minuto uno no ha pasado desapercibida. De este modo, los Dolores devotos de Astrid comenzaron a mezclarse con los dolores de votos políticos cabildicios y municipales. O eso parece. No hay más que mirar la foto de Twitter. En la elocuencia iconográfica de esa imagen distribuida a conciencia por Astrid, se adivinan las líneas y los párrafos de un comunicado de prensa dirigido a propios y extraños sobre el futuro inmediato de la política insular, si ese futuro estuviera en las manos de Astrid Pérez. Porque las fotos hablan. Y mucho, mucho más que mil palabras, ya se sabe.
En la foto, Astrid sonríe con suficiencia. Sonríe a placer, engallada, mientras camina portando su ofrenda en una rica cesta coronada de flores. Pero no acarrea sola su dádiva. La comparte con Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias, que agarra la otra asa, aunque no tan sonriente, ligeramente envarado frente a la soltura próspera de Astrid. Si continuamos fijándonos en el entorno de la escena, se aprecia en un segundo plano a Pedro San Ginés, presidente del Cabildo, también devoto, tocado de mago, con la cabeza agachada, ladeada hacia el suelo, su mano izquierda prendida a una cesta de presentes, y con la intención, quién lo sabe, de echar la mano diestra a otra cesta más, que el hombre está necesitado de ayuda divina, por lo que los presentes a la virgen siempre son pocos. A su espalda, un paso detrás, se distingue la figura observadora y retraída de Luis Arráez, como es habitual discretamente presente, a la espera, con una sonrisa pilla, vestido de un azul cielo natural. Desde su posición de guardia y espera, ve todo lo que sucede por delante, la escena y la posición de los actores, el orden de actuación. Pero quien más sonríe, en primer plano, es Astrid, sin duda. Como si tuviera la cesta por la mano, que la tiene, en la foto.
Fernando viste sobrio, aunque impecable, de blanco y negro. Y se muestra fajado. Hay quien podría pensar que por un dolor de riñones, debido, quizá, a una prolongada posición incómoda. Déficit de higiene postural. Astrid, sin embargo, luce sus prendas con desparpajo colorido, también tocada, como Pedro, pero con la mirada al frente y la cabeza alta, sonriente, como sabedora de que la virgen patrona la quiere y necesita de su ofrenda, que será recibida con los brazos abiertos. La ofrenda que ha preparado y porta con Fernando, y que, quizá, debajo de las hortalizas y las legumbres, lleve el bastón de mando de la ciudad de Arrecife. ¿Si no, por qué viste así Astrid? Su indumentaria no le pasa desapercibida a nadie por su lustre, pero, sobre todo, por lo que representa: los colores de la bandera y el escudo del Ayuntamiento de Arrecife. Astrid acudió a Dolores envuelta en la rutilante bandera de la capital, cosa notoria, tanto más cuanto el desaborido blanco y negro de Fernando a su lado, con Pedro detrás cabizbajo, la sobreiluminaba, la bruñía, la fijaba y daba esplendor.
Así las cosas, hay quien vio en la devota cesta de ofrenda que portaban Astrid Pérez y Fernando Clavijo el deseo de un acuerdo, el regalo de un pacto, Arrecife para mí, Cabildo para quien nos sigue detrás. Clavijo vino a Lanzarote para hacer una ofrenda y Astrid, al decir de la sonrisa y el Twitter, no pareció ofenderse. Al contrario, lo exhibió con guasa y trapío ante 20.000 ciudadanos. “Yo lo valgo”, parecía ostentar. ¿Pusieron a la santa patrona por testigo de sus cosas? ¿Llegaron a algún fresco lugar los romeros? Ya los sabremos. Alguien lo contará y los hechos lo certificarán o no. Veremos si la ostentación de Astrid fue un farol o no. O un gesto de arrogancia y autoridad para empezar a devolverle a San Ginés, golpito a golpito, la ojeriza y el desafecto que desde hace tiempo le profesa.
Pero, una vez dicho lo visto, no perdamos de vista un detalle, nada menor, una ausencia: en la foto falta Asier Antona. ¿Acaso Astrid ha subido a Twitter su foto con Clavijo para enviarle también un mensaje a Asier? ¿Le complacerá la escena al jefe palmero? ¿Le agradará el envío o, por el contrario, entra en contradicción con su eventual proyecto de gobernar Canarias en 2019 con el PSOE desalojando a CC? ¿Tendrá consecuencias ese venirse arriba de Astrid en Dolores?
Sea lo que fuere, esa foto subida a Twitter la ha cargado el diablo en plena fiesta de devoción a la Virgen de los Dolores, que diablos y diablesas, haberlos haylos y haylas.