Atropellos y mortandad de aves autóctonas

Miles de animales salvajes mueren cada año en las carreteras de la isla

Al menos para la lechuza común, alcaudón real y garcilla bueyera, la estimación de mortalidad excede el 25% de su población insular.

Los atropellos causan una gran mortandad entre las aves autóctonas de Lanzarote. Así lo determina un estudio realizado un grupo de investigadores tras analizar, a lo largo de doce meses, las colisiones de vehículos con animales salvajes. Los investigadores encontraron 666 animales muertos, de los que 254 eran aves. La estimación a la que han llegado es que a lo largo del año de estudio perdieron la vida en las carreteras de la isla 9.664 animales. Y, del total de víctimas, unas 7.124 serían aves.

Así pues, la circulación de vehículos por las carreteras insulares no sólo ocasiona accidentes que causan daños materiales y muertos y heridos entre los seres humanos. El parque de vehículos en la isla supera los 125.000. A lo largo del año pasado se produjeron 321 siniestros en las vías lanzaroteñas, lo que arroja una media de casi uno diario.
 
El estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto con investigadores del Grupo de Ornitología e Historia Natural de las Islas Canarias, ha evaluado por primera vez en el Archipiélago el impacto directo de las muertes por atropello en las carreteras sobre la fauna silvestre durante un año. Entre los 666 cadáveres de fauna silvestre de 37 especies detectados, se incluyen aves y mamíferos. El estudio muestra que las carreteras son un riesgo potencial para las aves nativas en las islas orientales, ya que, de aquella cantidad, 254 eran aves.
 
Los animales salvajes de las islas tienen mayor probabilidad de extinguirse
 
Según la nota difundida por el CSIC, “la mayoría de estos cadáveres hallados corresponde a mamíferos introducidos. Sin embargo, teniendo en cuenta el tamaño y la tasa de desaparición de los cadáveres, estimamos que la cifra de atropellos puede ascender a 9.600, correspondiendo la mayor parte a aves (7.124)”, señala Airam Rodríguez, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana.
 
“Durante las últimas décadas, ha habido desarrollos significativos de áreas urbanas y concurridas redes de carreteras. Sin embargo, no se han realizado estudios que describan los efectos de la mortalidad en carretera sobre la fauna salvaje de este archipiélago”, explica el investigador. Los animales salvajes de las islas tienen mayor probabilidad de extinguirse que sus semejantes continentales. Por tanto, comprender las fuentes de la mortalidad por causa no natural es el primer paso en el desarrollo de planes de gestión de la conservación.
 
“Al menos para tres especie, lechuza común, garcilla bueyera y alcaudón real, las estimas de mortalidad son importantes, pues exceden el 25 por ciento de su población insular”, añade el investigador. El estudio también resalta la mortalidad por atropellos como una amenaza que no ha sido tenido en cuenta para otras especies que corren peligro, como la hubara canaria o el alcaraván común. “Estas especies de aves necesitan urgentemente que se determine si estos niveles de mortalidad en carretera son sostenibles”, indica Rodríguez.
 
La abundancia y la variedad de las muertes mostraron un pico elevado en verano
 
La abundancia estacional y la variedad de las muertes en carretera mostraron un pico elevado durante los meses de verano, tanto para mamíferos como para aves. La geolocalización muestra que los accidentes, tanto para aves como mamíferos, tienen una probabilidad más elevada en las proximidades de viviendas y en carreteras con altos límites de velocidad.
 
“Cuando se han analizado por separado, las muertes de mamíferos ocurrieron en sectores con altos límites de velocidad, en las proximidades de viviendas y en áreas rodeadas de arbustos, mientras que las muertes de aves sucedían en sectores de carretera con altos límites de velocidad, cercanos a viviendas y con escaso volumen de tráfico”, concluye Rodríguez.
 
El título original de la investigación es ‘Wildlife-vehicle collisions in Lanzarote Biosphere Reserve, Canary Islands’. Está  fechado en el presente 2018 y fue difundido por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Sus autores son Gustavo Tejera, Beneharo Rodríguez, Carlos Armas y Airam Rodríguez. El trabajo ha sido publicado en la revista ‘Plos One’, en formato artículo.