Se alarga el veranillo de San Miguel
Ni rastro del otoño y la lluvia en octubre
Octubre del año pasado resultó ser el segundo mes más lluvioso de 2016, con 40,2 milímetros de precipitación acumulada.
Llámalo como quieras, cambio climático o veranillo de San Miguel, pero de momento no hay ni rastro del otoño y mucho menos de la lluvia. Este tiempo, más propio del verano, contrasta con el mes de octubre del año pasado, que resultó ser el segundo mes más lluvioso de 2016 con 40,2 milímetros de precipitación acumulada durante ocho días de lluvia. También es verdad que el año pasado se encuentra entre los años más lluviosos del presente siglo.
La cantidad de lluvia que cae se mide en milímetros de agua y equivale al agua que se acumularía en una superficie horizontal e impermeable de un metro cuadrado durante el tiempo que dure la precipitación. Un milímetro de agua de lluvia equivale a un litro de agua por metro cuadrado. Como es habitual con el cambio de estación, mucha gente se dedicó a plantar desde la segunda quincena de septiembre aguardando la llegada de la lluvia y que ésta hará prosperar las cosechas.
La previsión del tiempo indica que octubre se despedirá sin que caiga agua del cielo
Sin embargo, cualquiera diría que el veranillo de San Miguel no tiene la más mínima intención de marcharse. Habitualmente, este período dura alrededor de una semana y suele caer cerca del 29 se septiembre, coincidiendo precisamente con la fecha en que se celebra el santo de San Miguel, de ahí su nombre. La previsión del tiempo indica que octubre se despedirá sin que caiga agua del cielo: muy bueno para el turismo de invierno, pero fatal para los agricultores profesionales y de fin de semana.
La peculiaridad paisajística lanzaroteña muestra escasez de agua. Sin embargo, la superficie terrestre insular recoge agua que no es registrada por los sensores de las estaciones meteorológicas. Son las llamadas precipitaciones ocultas, como la de rocío y neblina o niebla, unos recursos hídricos de gran importancia y que están pendientes de ser evaluados. Pero estos recursos no han pasado desapercibidos a la observación y la sabiduría que anida en la agricultura tradicional. De hecho, el enarenado artificial es una réplica de la capacidad de absorción de la humedad que posee el rofe. Por otro lado, en fechas más recientes se ha desarrollado la técnica de captación de agua de brumas o lluvia horizontal, que consiste básicamente en la posibilidad de que esa agua pueda ser recogida, ya que las gotas contenidas en la bruma precipitan al contacto con objetos.
Las lluvias otoñales acumuladas son ligeramente superiores a las invernales
A pesar de las escasas precipitaciones que se registran en la isla, se sabe que las otoñales acumuladas son ligeramente superiores a las invernales acumuladas y cubren mayor extensión territorial. Por otra parte, las neblinas orográficas, lloviznas o ligeros chubascos son las precipitaciones más comunes, mientras que los días chubascosos o lluviosos moderados, con precipitaciones superiores a 10 milímetros diarios son testimoniales.
En septiembre, con la siembra de las papas, comenzó el calendario de plantación en Lanzarote, al que le sigue octubre con las habichuelas, pimientos, tomates, calabazas, calabacines… Si no llueve, habrá que esperar a noviembre, aunque cada vez hay más cosecheros que tiran del riego antes que ver cómo se pierde el trabajo empleado para ver crecer las plantas.
Limpieza de barrancos
Aunque de momento el tiempo es veraniego, el Gobierno de Canarias ha solicitado a los municipios que mantengan los cauces limpios y refuercen las redes de aguas pluviales, ante la posibilidad de que en los próximos meses se reproduzcan en el Archipiélago lluvias torrenciales.
Por ello se pedido a los Ayuntamientos que realicen campañas de limpieza de los barrancos, revisión y mejora de las redes de recogida de agua de lluvia (pluviales), revisión de la masa arbórea en parques, jardines y calles y la inspección de tendidos aéreos y farolas. También solicita el reforzamiento de muros, señalizaciones, antenas, tejados, torres y campanarios, especialmente de aquellas infraestructuras bajo responsabilidad de los propios ayuntamientos.