Un nuevo archivo histórico donde les quepa

Un nuevo archivo histórico donde les quepa

La conejera —que no consejera— Nona Perera, directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias, de su facción podemita, debe creer que nos ha regalado ‘El Proyecto’ cuando presenta una infografía de un edificio para Teguise del que se afirma que concurren todos los estándares de calidad para un archivo histórico. Decir “todos”, quizás resulte demasiado pretencioso cuando no cumple el de la calidad estética mínima para un espacio sensible como es un conjunto histórico. Cumpliría en el mejor de los casos con los requerimientos para el fin a que se destina, pero no el de su adecuación al lugar en el que pretende ser un hito, dado lo singular del un emplazamiento como es l Villa de Teguise. No conozco sus prestaciones, por lo que ni opino, pero no necesito ver más que su exterior para preguntarme si para el  Estudio Pallés, SL, autor de la propuesta, es este un ejercicio de “arquitectura” y si lo es de respeto al contexto histórico en el que pretende construirse.

Me alarma la aparente falta de criterio de la directora general, o su inconsciencia por el gol que le colaron, pues la que suponía —y la supongo— sensible a las cuestiones estéticas  cuando estas pueden entrar en conflicto con los espacios históricos. Y no se trata de que practiquemos el historicismo en las nuevas arquitecturas. De ahí a que les salga un edificio más cercano al vulgar Centro de Interpretación de la Cochinilla de Mala que a un inmueble de nueva factura, que debiera ser un referente cultural, va un trecho, pues no debiera interferir —como lo va a hacer si se construye— con los valores del conjunto histórico de Teguise.

¿De qué sirve una conejera en el Gobierno que tan mal representa las necesidades de nuestro patrimonio?

No bebe de la arquitectura de la Villa, ni mucho menos —eso es obvio—, pues sus características externas permiten que sirva para cualquier suburbio de cualquier lugar de este país de Madrid para abajo, amén de servir de contenedor para casi cualquier cosa. Es tan decididamente corriente que no merece más que incorporarlo al catálogo de los infortunios al que nos condenan con sus imposiciones, pretendiendo, por ende, que sea un referente para Canarias. De haberse construido en Tenerife, no dudo de que les habría salido algo más brillante, pero es indudable que aunque pretendan considerarnos unos batatas —a la directora general primero— no cabe duda de que puestos a adjetivar el tubérculo, eso lo serán algunos y algunas.

¿De qué sirve una conejera en el Gobierno que tan mal representa las necesidades de nuestro patrimonio? Con su aceptación del proyecto se retrata tristemente y cabe interrogarse sobre su gestión anterior en el Cabildo de Lanzarote, eso, o realmente carece de capacidad decisoria alguna.

Teguise es un bien muy frágil y corre riesgos, esos que la presión urbanística y la especulación pretenden para los inmuebles del conjunto histórico, los mismos intereses que parece defender su alcalde cuando pergeñó un plan de actuación para el conjunto histórico, tan intervencionista que se habría cargado la herencia de seiscientos años de historia. No sé que celebran con ese proyecto, ignoro qué les pasa por la cabeza, y desconozco que les dan a los miembros del gobierno para que desbarren de esta manera. Y el alcalde de Teguise aplaudiendo la ocurrencia.

Pena de oportunidades perdidas. Bien podría haberse convocado un concurso.

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