La Oficina Técnica está tiesa

La Oficina Técnica está tiesa

Afirma la alcaldesa, Astrid Pérez, que se ha encontrado en Arrecife una Oficina Técnica (OT) paralizada, y ahí lo deja. En otro contexto, en el de no haber respondido la licencia del solar de Garavilla, Echedey Eugenio desliza que se investigue la "demora intencionada" en que pudiera haberse incurrido.
 
A tal asunto, y conocedora de cómo se las vienen gastando en ese departamento, no sólo no creo que no haya una demora intencionada, sino que lo que existe es una intención de dilatar según qué solicitudes. Incluso no responderlas sino bajo presión, igual para ajustar particulares cuentas.
Que ahí han pasado cosas está demostrado, y no tenemos más que ir al caso Unión, que no creo que haya sacado todas las miserias a la luz

A los trabajadores de la OT, hay que echarles de comer aparte, y no sé si salvo honrosas excepciones. Los retardos maliciosos, ciertos niveles de regular competencia, información sesgada, y unos niveles de arbitrariedad sonrojantes es lo que se despacha. Amén de ir de por libre, esto es, la norma por un lado, y su criterio, o la ausencia de él, por otra. Que ahí han pasado cosas está demostrado, y no tenemos más que ir al caso Unión, que no creo que haya sacado todas las miserias a la luz. Ahora queda por ver si algunos crearon escuela. Yo no creo que la OT esté paralizada ni lo haya estado nunca, sino que marcan sus tiempos, el qué y el con quién.

Se dice que una conocida empresa constructora colocó su ficha dentro en los buenos tiempos; así obtenía información de primera mano y desatascaba sus proyectos. Cuando el amor terminó, los proyectos de la empresa iban a parar debajo del montón. ¿Qué cómo se desatascaban? Pues pidiendo cita. Todo lo que pueda haber pasado en esas citas, es supuesto. No es supuesto que la bomba que la empresa colocó allí sigue.
 
Que hay que darle una vuelta está más que demostrado, y para ello convendría crear una entidad municipal que haga estas funciones bajo una tutela y fiscalización para que todo lo que ocurra sea bajo el exquisito amparo de la ley, no de la ventolera de nadie.

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