TRANSPORTE MARÍTIMO
De Órzola a La Graciosa, un trayecto goloso
31 de diciembre de 2018 (10:36 h.)
Muy pronto sabremos si 2018 se despide con un nuevo récord de viajeros, contando los embarcados y los desembarcados.
El viaje entre los puertos de Órzola y Caleta del Sebo es muy sugerente para centenares de miles de turistas que visitan Lanzarote, sobre todo si han accedido al Mirador del Río en un día despejado y luminoso y se ha revelado ante ellos la vista panorámica del Archipiélago Chinijo, con el pequeño núcleo de Caleta del Sebo en primer término.
De sugerente a goloso media un instante. Precisamente por eso, es muy probable que el trayecto marítimo entre Lanzarote y La Graciosa haya cerrado el año con un nuevo récord de movimiento de pasajeros. Puede que con más de quinientos mil.
El reclamo es irresistible para muchos turistas desde que le echan el ojo al Río, el estrecho brazo de mar de aguas apacibles que separa ambas islas, y desde que se enteran que a La Graciosa se accede desde el puerto de Órzola, situada en el extremo noreste de Lanzarote. Cuando averiguan que la travesía marítima dura unos veinte minutos y que la voz ‘chinijo’ se aplica aquí al niño cuando es de muy corta edad, muchos toman la decisión sobre la marcha.
2017 concluyó con cerca de medio millón de personas transportadas
Antes de emprender el trayecto hacia Órzola es probable que nuestros eventuales excursionistas averigüen que La Graciosa forma parte de un Parque Natural protegido por la Ley Canaria de Espacios Naturales, y que en sus aguas se encuentra una Reserva Marina de Pesca, la de mayor extensión de toda la Unión Europea. La cosa promete, también desde el punto de vista gastronómico, ante la certeza de probar el pescado del lugar. El remate consiste en navegar en la red y detectar los singulares sombreros tradicionales que usan los moradores de la islita.
Y luego están las playas. La Graciosa cuenta con varias, como las Conchas, de arena dorada y normalmente ventosa debido a su orientación a barlovento; la playa del Salao, situada junto a Caleta del Sebo, donde se permite la acampada; playa Francesa, de arena dorada y mar quieta, pero cuyo sosiego se ve alterado a ciertas horas por las embarcaciones que se dedican a las excursiones; y, por último, la playa de la Cocina, junto a Montaña Amarilla.
Muy pronto sabremos si 2018 se despide con un nuevo récord de viajeros, contando los embarcados y los desembarcados. Por lo pronto, lo cierto es que 2017 concluyó con cerca de medio millón de personas transportadas en la línea regular que cubren las dos compañías que operan: Líneas Romero y Biosfera Express. De ellos, más de ochenta mil lo hicieron en excursiones marítimas.