En apenas tres años se ha doblado el valor de las capturas

La pesca fresca duplica su facturación en sólo tres años

La producción de pesca fresca en Lanzarote ascendió a 2,1 millones de kilogramos el pasado año, lo cual aportó un valor de 5,7 millones de euros en la primera venta.

La producción de pesca fresca en Lanzarote ascendió a 2,1 millones de kilogramos el pasado año, lo cual aportó un valor de 5,7 millones de euros en la primera venta. De estas cifras se desprende que en apenas tres años se ha doblado el valor de las capturas, mientras que su peso apenas ha variado. La pesca, sobre todo de bajura, mantiene el tipo, aunque su peso económico en la isla es insignificante.

Atendiendo al peso de las capturas frescas desembarcadas, más del 80 por ciento son especies pelágicas, mientras que el 14 por ciento corresponde a demersales; el resto, son moluscos y crustáceos. En cambio, si atendemos a su valor monetario, más del sesenta por ciento son especies pelágicas y el 30 por ciento demersales; el resto, son moluscos y crustáceos. No obstante, los productos de la acuicultura representan la mayor parte del valor total de la producción y van en aumento.
 
Cuando se habla de producción de pesca fresca, en Lanzarote predominan las descargas de especies pelágicas. Este término engloba a las especies que viven en aguas medias o cerca de la superficie, y están siendo gravemente afectadas por la sobrepesca. Estas especies apenas entran en contacto con del mar o la costa. Por su parte, el vocablo demersal define aquellos peces que viven en o cerca del lecho marino.
 
Son muy preponderantes los barcos de menos de doce metros de longitud
 
Las principales actividades pesqueras de Lanzarote y La Graciosa son la pesca de atún en alta mar y la pesca costera artesanal. Por lo tanto, la pesca se realiza sobre tres grandes grupos: pelágicos oceánicos, pelágicos costeros y demersales.
 
Entre los pelágicos oceánicos se explotan varias especies de túnidos y afines, mientras que entre los pelágicos costeros se explotan unas pocas especies de pequeño tamaño, como la sardina. El grupo más numeroso es el de los demersales, entre los que se encuentran especies muy apreciadas por su valor comercial y culinario, como la vieja, el salmonete, el bocinegro, la cabrilla, el sargo, la sama, la merluza, el mero o el lenguado. Entre los moluscos se encuentra el pulpo, el calamar o la lapa, y, finalmente, entre los crustáceos de profundidad, entre otros, están las gambas de La Santa, que son capturadas con nasas.
 
A pesar de que últimamente ha aumentado el valor monetario de la producción de pesca fresca, entre 1996 y 2016 se han destruido puestos de trabajo en el sector. Por otra parte, siguen siendo muy preponderantes los barcos de menos de doce metros de longitud, aunque no significan ni el diez por ciento de la capacidad total de la flota.
 
Las aguas canarias exigen un planteamiento integrado de planificación y gestión
 
En Canarias existen dos administraciones, la estatal y autonómica, con competencias espaciales propias sobre las aguas territoriales canarias, cuya superficie precisa ser ampliada. Sin embargo, no hay dudas de que las aguas canarias exigen la adopción de un planteamiento integrado de planificación y gestión, ya que no para de crecer la demanda de espacio marítimo con diferentes fines, a menudo contradictorios entre sí.
 
Para unos, el espacio marítimo del Archipiélago se reduce a un mero negocio para extraer gas y petróleo, mientras que otros proponen instalaciones de producción de energía a partir de fuentes renovables, como el viento y las olas. Sobre estas mismas aguas tienen lugar las industrias del transporte marítimo y la pesquera, mientras que otros abogan por la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad. Y en el litoral de las Islas se asienta la industria turística y una incipiente acuicultura, que conviven con una gran presión sobre los recursos naturales.
 
Casi nadie duda tampoco que la pesca extractiva está llamada a desempeñar un papel testimonial frente la acuicultura. La necesidad de alimentar a una población cada vez mayor precisa de técnicas de cultivo de especies acuáticas vegetales y animales. Por ello, la pesca extractiva aún ha de culminar una transición similar a la que realizó la ganadería en los albores de la humanidad. El futuro pasa por cultivar peces y plantas en tierra.

Pesca, el futuro ya está aquí

Lanzarote fue en el pasado una potencia pesquera, contando con una importante flota que faenaba en la costa de África y una poderosa industria en tierra de transformación de pescado. El sector daba empleo directo a miles de personas, pero todo se vino abajo de repente.

La historia reciente del sector pesquero está marcada por una serie de acontecimientos, como la pérdida del acceso a los ricos caladeros saharianos cuando España abandonó el Sáhara Occidental (1975); la modificación de la condición de las Islas Canarias, que se convirtieron en Comunidad Autónoma con ciertos derechos en materia pesquera (1982); la adhesión de España a la Unión Europea, que nos brindó acceso a los fondos estructurales y a acuerdos pesqueros (1986); y la aplicación de la política pesquera común a las Islas (1991).
 
Un reciente Real Decreto (363/2017) establece un marco de ordenación que constituirá una directriz común a todas las estrategias marinas. Para la demarcación marina de Canarias establece la elaboración de un Plan de Ordenación del Espacio Marítimo. Este Plan debe establecer sus metas teniendo en cuenta los objetivos ambientales de las estrategias marinas y los objetivos de la planificación sectorial.