El peso de los residuos recogidos supera los 7,4 millones de kilogramos
Puntos limpios, por si nos falta la conciencia
17 de septiembre de 2018 (11:27 h.)
Aunque unos cuantos desalmados no lo crean, en vez de arrojar residuos en cualquier descampado de la isla hay un lugar alternativo para depositarlos: los puntos limpios.
Aunque unos cuantos desalmados no lo crean, en vez de arrojar residuos en cualquier descampado de la isla hay un lugar alternativo para depositarlos: los puntos limpios. En Lanzarote hay cuatro instalaciones de este tipo y, menos materiales explosivos inflamables y similares, puedes entregar en ellos casi cualquier trasto que no te sirve y que no puedes dejar en los contenedores urbanos.
Los cuatro puntos limpios existentes en la isla contabilizaron el año pasado un total de 51.145 usuarios, lo cual indica que menos de la tercera parte de la población residente acudió a ellos en algún momento. Lamentablemente, hay unas cuantas personas que no se han enterado o se las trae al pairo, porque siguen tirando en cualquier rincón de la geografía insular desde escombros a electrodomésticos.
Un punto limpio es una instalación controlada que ofrecer un lugar donde depositar de manera separada los residuos que se generan en los hogares y que no deben arrojarse a la bolsa de la basura común, ni depositarse en los contenedores urbanos de recogida selectiva, que son el azul para cartón, amarillo para envases, verde para vidrio, marrón para orgánico o verde/gris para el resto.
Los residuos más voluminosos entregados son los escombros
Los residuos más voluminosos que entregan los lanzaroteños en los puntos limpios son los mezclados de construcción, es decir, los escombros (4.305.580 kilogramos en 2017) y que suponen el 60 por ciento del total, y los menos son las películas y las radiografías (50 kilogramos). En medio hay un poco de cada cosa, porque no todo se puede depositar en un punto limpio, como, por ejemplo, los residuos urbanos orgánicos o los materiales explosivos e inflamables.
Estas instalaciones realizan una labor similar a los contenedores de reciclaje que están junto a los cubos de basura en la vía pública. Dadas sus dimensiones, permiten gestionar casi cualquier tipo de residuo, desde pilas y aceite de cocina, a muebles, electrodomésticos, aparatos electrónicos y baterías, pasando por envases de productos tóxicos del hogar, fluorescentes, bombillas, cartuchos de impresora o tóner.
El punto limpio de Arrecife registra el mayor número de usuarios
Un punto limpio es un lugar de entrega, nada más, un espacio intermedio entre el ciudadano y la transformación final del residuo. Esto quiere decir que en el punto limpio no se va a transformar ningún residuo, ya sea para ser reciclado o para ser destruido. Tan solo se deposita en su zona establecida, lo que favorece su catalogación, para, a su vez, facilitar su reciclaje o destrucción posterior en la planta de tratamiento correspondiente. Aquí o fuera de la isla, según la naturaleza del residuo.
Tras los residuos mezclados de construcción, los más depositados en los puntos limpios son restos de madera, enseres, productos biodegradables procedentes de la poda, aparatos eléctricos y metales, por este orden. Su peso total superó los 7,4 millones de kilogramos en 2017, un millón más que el año anterior, de los que casi la mitad se depositaron en Arrecife. Por otro lado, el punto limpio de Arrecife registró el mayor número de usuarios, más de 18.000, seguido del situado en Tías, con más de 15.000.
Los puntos limpios no recogen los residuos generados por actividades industriales o empresariales, y las procedentes de organismos públicos. Pero no le des más vueltas a la cabeza y pásalo: si no sabes cómo desprenderte de un objeto que no tiras con tanta frecuencia como puedan ser los envases, el papel o el vidrio, acude a un punto limpio. Es mucho más fácil y cómodo que estar buscando un rincón escondido en el campo donde botar lo que nos sobra.
El horario de los puntos limpios es de lunes a sábado, de 8:00 a 18:00 horas. Los domingos abren de forma alterna y cierran los días festivos. No hay excusa para la falta de conciencia con el cuidado del paisaje.