FIESTAS PATRONALES

San Ginés en 1925, cuando se amenizaban los paseos

Hace casi un siglo, Arrecife casi ni anunciaba bailes, sino paseo en el muelle principal o paseo en la Plaza de las Palmas amenizados por la banda municipal.
San Ginés en 1925, cuando se amenizaban los paseos

Antes de que las verbenas se adueñaran de las fiestas populares, mucho antes, la gente se la ingeniaba para conocerse y relacionarse. Lo que se llevaba era los paseos amenizados con música, como recogía el programa de los ‘Grandes festejos que en honor de su glorioso patrono San Ginés celebrará la ciudad de Arrecife los días 23, 24, 25, 26 y 27 del corriente mes de agosto de 1925’, editado por el Ayuntamiento de Arrecife hace 94 años. 
 
Todavía hoy, cualquier fiesta popular con baile que se celebra por la noche, normalmente al aire libre, con motivo de alguna festividad, ósea, la verbena, suele ser la actividad más esperada y seguida, sobre todo entre la población joven. Y, por supuesto, allá donde se celebran, las verbenas gozan de mucho mayor predicamento dentro del programa de actos que la mayoría de las ceremonias religiosas. 
 
El programa de 1925 contemplaba en el “reparto de pan a los pobres”
Pero, hace casi un siglo, Arrecife casi ni anunciaba bailes, sino “paseo en el muelle principal, amenizado por la banda de esta ciudad”, a las 21.00 horas, en la víspera del día grande, o “paseo en la Plaza de las Palmas, que estará profusamente iluminada y engalanada; la Banda Municipal tocará su moderno repertorio y se quemará una bonita colección de fuegos artificiales”, a la misma hora, el día del patrono.
 
En aquella época, la población de Arrecife era de unos cinco mil habitantes tan solo —en la actualidad supera los 61.000— y la vida era muy diferente, no así las diferencias de clases y la presencia de la precariedad. Tanto era así que el programa de actividades de San Ginés de 1925 contemplaba en el “reparto de pan a los pobres, por un grupo de distinguidas señoritas en el paseo del muelle”, en día domingo, a las 10.00 horas.
 
Una vez diligenciadas las obligaciones morales con los menesterosos, esa misma tarde daba comienzo el divertimento con carreras de sortijas en automóvil, para los pudientes, y, al día siguiente, carrera de sortijas en bicicleta —se supone que para las clases medias— y elevación de globos. La suelta de globos debía ser todo un espectáculo.
 
“A las diez de la noche, gran verbena en la Plaza del Mercado”
El día de San Ginés se programó un coso en el muelle principal y batalla de serpentinas, con un primer premio de 100 pesetas al coche mejor engalanado que asista, 60 céntimos de euro en la actualidad. Inaugurado unos años antes, el acceso adoquinado al muelle principal —también llamado muelle Grande o viejo muelle comercial— era de lo más novelero al prolongar la Calle Real hacia el mar. 
 
Otro gran acontecimiento fue “la gran cabalgata” que discurrió por las principales calles de la ciudad partiendo de la Plaza de Las Palmas, a las 21.00 horas. Tras la cabalgata, por fin, el baile: “A las diez de la noche, gran verbena en la Plaza del Mercado”. Sí, en la Recova Municipal que hoy languidece y que, en otros tiempos, acogió eventos ‘multitudinarios’ de diverso tipo.   
 
En plena dictadura del general Primo de Rivera, era alcalde de Arrecife Francisco Hernández Arata, y, con el fin de sufragar su coste, en el programa de festejos se anunciaban algunos comerciantes del puerto como Antonio Armas Curbelo, telas y calzados; Cándido Armas Chacón, ultramarinos; José Prats, tejidos; Antonio Hernández, taller de platería; Leopoldo Díaz, objetos para escritorio; Claudio Toledo Cabrera, Café Miramar; Manuel Arencibia, tejidos; o Rogelio Tenorio, farmacia.

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