FIESTAS DE FEMÉS

San Marcial, un patrón en el olvido

Marcial de Limoges se quedó desmoralizado cuando Femés dejó de ser un municipio independiente para unirse a Yaiza, en los años cincuenta del siglo XX.

Desde su vistosa atalaya, situada a 300 metros de altitud en el macizo de los Ajaches, Marcial de Limoges hace recuento: 190 almas. Con tan exiguos efectivos, ni se plantea reconquistar el liderazgo del santoral conejero; bastante tiene con que los escasos habitantes de Femés mantengan limpios los pocos enarenados que siguen productivos en la vega. El santo rehúye un combate que sabe perdido de antemano ante el fervor que despiertan Dolores en Mancha Blanca, Remedios en Yaiza, Ginés de Clermont en Arrecife o Carmen en tantas localidades costeras, Playa Blanca entre ellas. 
 
San Marcial no deja de otear este rincón del sur insular, por donde hace seis siglos arribaron los conquistadores normandos. No le quita ojo a la pujante Playa Blanca y sus 23.000 plazas alojativas, alquiler vacacional aparte. De soslayo, observa los restos del Rubicón Histórico y la primera catedral erigida en las Islas Canarias, merced a una Bula del papa Benedicto XIII en la que instituía la Diócesis de San Marcial del Rubicón o Diócesis Rubicense en 1404. Apenas queda rastro de aquella época de esplendor. 
 
El pueblo quedó a trasmano hasta que fue redescubierto por Rafael Arozarena
Marcial de Limoges se sintió definitivamente abatido cuando Femés dejó de ser un municipio independiente para unirse a Yaiza, en los años cincuenta del siglo XX. El pueblo quedó a trasmano de todo y de todos hasta que fue redescubierto por el escritor tinerfeño Rafael Arozarena en 1973, cuando publicó Mararía. El cantautor Pedro Guerra compuso una bella canción y la novela fue posteriormente llevada al cine. Este hito, sin embargo, no ha conseguido, sacar del ostracismo a Femés, a pesar de que en su ermita se venera la imagen de patrono de Lanzarote y compatrono de la Diócesis de Canarias. Sí, San Marcial de Limoges.
 
San Marcial es un importante santo francés. Fue el primer obispo de Limoges, una ciudad situada a orillas del río Vienne. Capital de las artes del fuego, es reconocida internacionalmente por su porcelana, esmalte y vidrieras. Con 140.000 habitantes, la ciudad contiene numerosos tesoros arquitectónicos y sitios inusuales, incluyendo una estación de ferrocarril con una arquitectura monumental y muchos parques y jardines.
 
Limoges está hermanada con Seto, en Japón, pero no con Femés
Limoges está hermanada con Charlotte en los Estados Unidos de América o Seto en Japón, pero no con Femés. Tampoco Arrecife está hermanada con Clermont. En fin, descuidos… Pero, como todo llegará, el santo aguarda recluido en su pequeña ermita  de una sola nave ubicada al pie de la Atalaya y que data del primer tercio del XVII. Fue edificada en sustitución a la ermita-catedral original, que estaba situada abajo, cerca del mar, y que resultó destruida por corsarios ingleses en 1593.
 
A la espera de la llegada de tiempos mejores, Marcial no deja de dar muestras de su originalidad. Aunque la festividad de San Marcial de Limoges es, según el calendario católico, el 30 de junio, en Femés se celebra tradicionalmente el mismo día que Pamplona festeja su día grande, cada 7 de julio. La fecha coincide con el aniversario de la creación de la Diócesis de San Marcial del Rubicón. 
 
Nacido bajo el signo de Marte, la vocación guerrera de Marcial le impedirá claudicar para siempre. Antes o después volverá a pelear recurriendo a alguna de sus muchas armas, como las conversiones en masa. Hoy sale en procesión su imagen de madera policromada. Hoy puede ser el día.