Los trabajadores velan sus razones y esperan

Cinco semanas después de la huelga de los Centros Turísticos

Si nada cambia, el pleno de los Centros será convocado por el secretario del Cabildo, por imperativo legal, para finales del presente mes.

Este martes se cumplen cinco semanas del inicio de la huelga general en los Centros de Arte, Cultura y Turismo (CACT) del Cabildo, y, tras unas jornadas de gran tensión, parece que las aguas han vuelto a su cauce. Sólo lo parece. Cinco martes después de aquel 15 de agosto que paralizó la gran empresa pública insular cogiendo por sorpresa a la dirección de los Centros Turísticos, los trabajadores desempeñan sus tareas con normalidad, las instalaciones presentan su habitual estado de revista y los visitantes recorren cada día lo más sobresaliente de la obra espacial de César Manrique: el arte en armonía con la naturaleza, el gran orgullo colectivo de Lanzarote. Pero los trabajadores velan sus razones y esperan.
 
La calma es aparente, ya que el conflicto sigue latente y pendiente de su solución. El desenlace está pactado con todos los actores políticos e institucionales y con los agentes económicos y sociales. Con todos menos uno. Sólo Coalición Canaria (CC) está en desacuerdo con la resolución del problema y se ha negado a convocar un pleno extraordinario solicitado por todos los grupos políticos en la oposición en el Cabildo, incluyendo al tránsfuga Sosa. En dicha sesión plenaria se adoptaría un acuerdo que pondría fin a este episodio, acuerdo que cuenta con el respaldo de los trabajadores, ayuntamientos, sindicatos y patronales. De haberse convocado y celebrado, hace semanas que se hubiese dado carpetazo a las demandas de los trabajadores.
 
CC ha optado por no convocar el pleno solicitado por la oposición y se ha inclinado por agotar los plazos legales
Cuando se encontró la salida, los trabajadores convinieron dejar en suspenso la huelga en una asamblea pública celebrada en el Museo del Campesino. La convocatoria sigue en pie, mas la plantilla decidió reincorporarse a sus puestos de trabajo a la espera de que la solución apalabrada se lleve a término. Sin embargo, CC ha optado por no convocar el pleno solicitado por la oposición y se ha inclinado por agotar los plazos legales. El consejero del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) se maneja en una calculada ambigüedad.
 
Si nada cambia, el pleno de los Centros será convocado por el secretario de la Corporación, por imperativo legal, para finales del presente mes de septiembre. Cuando se celebre el pleno extraordinario, las fuerzas de la oposición acordarán, por mayoría, que el Cabildo y la dirección de los Centros Turísticos asuman la propuesta de solución consensuada por todos, salvo CC. Y a los nacionalistas conservadores canarios no les quedará más alternativa que acatarla. Si Coalición no cambia de estrategia y de opinión, ese día perderá la votación, escenificará que está en minoría y afrontará en la práctica una moción de confianza.
 
San Ginés extendió un cheque en blanco a Marcos Bergaz acompañado de falsos halagos para que se suba al carro
 
El presidente Pedro San Ginés, el consejero Echedey Eugenio y compañía no pierden la esperanza y han jugado la baza de ganar tiempo. Esperan que el carácter heterogéneo de la oposición y sus respaldos genere fisuras que acaben por quebrar su unidad de acción. De momento, nada de eso ha sucedido a pesar de los intentos de San Ginés por atraerse a los populares para conformar una nueva mayoría de gobierno en el Cabildo, un canto al que ha respondido presta Astrid Pérez, pero que ha silenciado de raíz el presidente del Partido Popular (PP) en Canarias. Asier Antona ha exigido obediencia a Astrid y le prohibido pactar con CC.
 
Así las cosas, San Ginés ha explorado incluso la posibilidad de conformar una nueva mayoría a base de retales, a base de tránsfugas. Por ejemplo, extendiendo un cheque en blanco al socialista Marcos Bergaz acompañado de falsos halagos para que se suba al carro, una proposición que, aunque la tildó de indecente, el ex titular del área de Política Territorial la declinó con elegancia. Sólo Sosa cayó en la celada, aunque ya todo el mundo sabe de qué pata cojea el médico.