Si no hay gobierno, siempre tendremos Zara

Si no hay gobierno, siempre tendremos Zara

Amancio Ortega, señor del vasto grupo INDITEX, está dando una lección, no sólo al Gobierno de la nación y a los de las comunidades autónomas, sino a los componentes del club de millonarios al que pertenece y que en época de crisis mundial ha aumentado la nómina de socios. Además, nos recuerda los viejos compromisos de una élite de ricos comprometidos que, en centurias anteriores erigían universidades, hospitales o museos, algo muy alejado de las prácticas actuales donde sesenta unidades de un vehículo de lujo de dos millones de euros se agotan en una hora.
 
El género humano va en la dirección de ser sólo género. Pero a veces surgen actos esperanzadores que a ojos de algunos son mera propaganda  y desgrava. El acto está ahí y supone un notable beneficio social. Si acordamos que hechos como estos merecen un reconocimiento, pues vaya el mismo como incentivo fiscal o publicidad para sus empresas. Lo merece.
 
Aunque por rico nunca las usará, conmueve su gesto lejos de la censura de algunos
Primero fueron los aparatos de diagnosis del cáncer. Ahora, con noventa millones de euros, Ortega construirá residencias para mayores en toda Galicia. Aunque por edad sea sensible, y por rico nunca las usará, conmueve su gesto lejos de la censura de algunos al gesto anterior. Siete inmuebles que serán un referente europeo y que una vez construidos y dotados pasarán a formar parte de la red pública gallega.
 
Aquí y allá, las perras públicas se ventilan en festejos, y, desgraciadamente, teniendo por aquí ricos muy ricos que todos conocen, parecen más por la labor de quedarse con lo que no les pertenece, en lugar de aportar un colegio, un parque, una fuente o los ascensores que no tienen los centros educativos insulares. Y les desgravaría.
 
Sí, lo sé, eso es obligación de los poderes públicos a los que no les duele estallarse más de ochocientos mil euros en festejos —con la que está cayendo y le cayó a Coalición Canaria en boca de los que hoy gobiernan—, pero aquellos podrían tener el detalle  de devolver a su tierra algo de lo ganado y que sus nombres se escriban en letras de oro en la historia local. Y no en las sentencias judiciales por corrupción.
 
Arbolado de las calles de Arrecife, residencias de mayores, plazas, centros culturales, restauración de inmuebles de los que son propietarios, auditorios... son algunas de las sugerencias.

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