Surgió el idilio tras el encuentro del lanchón de la Pancho Lasso con el mar

Se encontró con el mar y surgió el idilio, com oera de esperar. El lanchón construido en los talleres de la Escuela de  Arte Pancho Lasso partió rumbo al mar el pasado 31 de  julio y tuvo un feliz bautismo hace escasas fechas. La embarcación fue trasladada al puerto Marina Colón y, aunque, se está a la espera de construir otro barco similar en el propio centro educativo para que puedan competir entre sí, tuvo ocasión de navegar por las aguas de la marina de Arrecife con motivo de las fiestas de San Ginés.

 

El lanchón es el fruto de un curso de carpintería de ribera. Con una duración de veintidós semanas y 440 horas, y de la mano del maestro Agustín Jordán Romero, se desarrolló en la Escuela de Arte Pancho Lasso de Arrecife El resultado es esta embarcación de madera que ha sido realizada en los talleres del centro educativo.

 

Agustín Jordán Romero es uno de los últimos carpinteros de ribera de Lanzarote. Es alumno de maestro Vicente Dorta, cuyas lecciones que también intenta transmitir a las nuevas generaciones impartiendo talleres. Junto a la familia de los hermanos González Betancort, el ya maestro Agustín Jordán Romero ha destacado por sus trabajos de trazado de barcos, con una dilatada trayectoria en este oficio. 

 

La carpintería de ribera empezó a decaer durante la década de los sesenta del siglo pasado, cuando buena parte de de las embarcaciones de madera se sustituyen por otras de metal, más útiles para la pesca de la sardina. Por eso, apenas le salen encargos a Agustín en las Islas Canarias, por lo que se ha visto en la tesitura de desplazarse a la Península para acometer tareas de restauración de embarcaciones de madera. En estos momentos lleva a cabo un trabajo en Cataluña. 

 

El curso realizado en la Pancho Lasso, de carácter gratuito, comenzó el 5 mayo del año pasado, contó con el aval de la Universidad de La Laguna y fue promovido por el Servicio de Patrimonio del Cabildo Insular. La Escuela de Arte ‘Pancho Lasso’ contó durante décadas con una asignatura de carpintería de ribera en su currículum, pero tristemente desapareció por falta de alumnado.