El heterodoxo sexual
Top Secret, 10 de febrero de 2017
09 de febrero de 2017 (22:54 h.)
El heterodoxo sexual
¿Cuál de los protagonistas informativos de esta semana se definió a sí mismo como un 'heterodoxo sexual'? En realidad quiso decir 'heterodoxo procesal' pero le salió 'sexual' con lo que las risas rompieron la seriedad del entorno en el que sucedieron los hechos. Este mismo hombre, en otra ocasión pero en el mismo sitio, llamó idiota al ex ministro y ex alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón. Lo hizo cuando creía que nadie le estaba escuchando. Pero un micrófono quedó abierto y le delató. Quizá a estas alturas hayan descubierto que estamos hablando de Manuel González Peeters, un prestigioso abogado penalista barcelonés que saltó a la fama por ejercer la defensa de Diego Torres, el ex socio de Urdangarín en el llamado Caso Noós. Si admitimos como buena la existencia de abogados estrella, este sería uno de ellos. Antes que a Torres, González Peeters había defendido al ex alcalde de Lloret de Mar (Girona), Josep Valls, imputado por su presunta relación con una mafia rusa que habría blanqueado 56 millones. Y aún antes, en 1997, representó al empresario Antonio Alcahud, que denunció irregularidades en la adjudicación del búnker de La Moncloa. La heterodoxia procesal de Peeters quedó demostrada también cuando filtró carretadas de correos electrónicos en los que salía Corinna Sayn-Wittgenstein, amiga del Rey emérito, los chistes verdes de Urdangarín y un par más medio comprometidos de la hermana del actual Monarca español, la Infanta Cristina.
Defiende a Dimas
Este abogado estrella, que no descuelga el teléfono sin una cifra de tres ceros por delante, es quien defiende al 'pobre' Dimas en el caso que la Audiencia ha juzgado esta semana y por el que se acusa al ex presidente del 'viejo' PIL de ser el promotor de unas obras sin licencia, que se encuentran en un paraje protegido y que son ilegalizables. Según las conclusiones de la Fiscalía. González Peeters dice que de eso nada y que como mucho lo de Los Rostros sería un ilícito administrativo, que además queda en agua de borrajas porque las obras se paralizaron. A falta de saber en qué parará todo esto (el Fiscal insiste en pedir dos años de cárcel para Dimas Martín) los que han seguido este juicio desde la Sala han sido testigos de dos cosas: el poco conocimiento del abogado barcelonés de la idiosincrasia insular y la peculiar relación que mantiene con la prensa. Ya en Mallorca, durante el Caso Noós, se las tuvo con los informadores. Y en Arrecife les espetó un obvio 'de leyes entiendo mucho más que ustedes' cuando a los plumillas se les escapaba la risa por lo peculiar de la defensa. Ocurre, sin embargo, que quien juzga no son los periodistas sino alguien que, como mínimo, sabe de leyes lo mismo que Peeters.
Testigo mal aconsejado
Y llama la atención también el muy mal consejo que recibió un testigo de la defensa: un hombre llamado David Rodríguez Marichal. Cuesta creer que sea un abogado estrella quien sugiera a un testigo que se haga el loco de tal forma que acabe deduciéndosele testimonio. O igual se le dijo que olvidara 'un poquito' y el hombre se fue viniendo arriba hasta tratar de vacilarse a fiscalía y magistrada oyendo 'lluvia' donde se decía que estaba su voz y cosas por el estilo. El juicio quedó visto para sentencia. González Peeters se volvió para Barcelona donde seguramente le aguarden muchos más clientes. A su paso por la isla ha vuelto a dejar muestras de todo aquello de lo que venía precedido: fina ironía, cierta agresividad verbal, faltón con la prensa y heterodoxo sexual; perdón, procesal.