El récord data de 2015, con 435.000 cruceristas
Turistas de cruceros, otra vez hacia arriba
Durante el pasado ejercicio atracaron en el puerto de Arrecife más de doscientos buques llevando a bordo a 425.000 pasajeros.
Arrecife volvió a recuperar la senda de crecimiento del turismo de cruceros el año pasado, después de registrar un importante retroceso en 2016. Durante el pasado ejercicio atracaron en el puerto de Arrecife más de doscientos buques llevando a bordo a 425.000 pasajeros. No obstante, el mejor año de la historia del puerto lanzaroteño de interés general del estado se produjo hace tres años, con 435.000 turistas.
El puerto de Arrecife es una vieja escala para los cruceros turísticos, que se convirtió en habitual en la década de los sesenta del siglo pasado una vez entró en funcionamiento el muelle de los Mármoles. El reclamo siempre ha sido el gran atractivo paisajístico de la isla, por lo que las excursiones a los Jameos del Agua y las Montañas del Fuego se hicieron imprescindibles desde entonces.
Lo llamativo es que el puerto de Arrecife consiguió hacerse un hueco preferente entre las compañías navieras dedicadas a este segmento del negocio turístico a pesar de no contar, hasta hace muy poco tiempo, con instalaciones portuarias específicas. La apertura al tráfico del primer tramo del muelle de cruceros, junto al espigón de Naos, ha supuesto un gran revulsivo que puede verse respaldado cuando culminen las restantes obras programadas. Está previsto ampliar la línea de atraque en el muelle de cruceros que se cerraría con un pequeño dique de protección ante los tiempos del sur.
Arrecife aspira a convertirse en puerto base del turismo de cruceros
Las previsiones son alcanzar y superar el medio millón de cruceristas anuales cuando concluyan las inversiones programadas y ya comprometidas. La ventaja es que el muelle de cruceros aproxima a los pasajeros a la ciudad, abriendo las puertas a la aspiración de Arrecife de convertirse en puerto base de esta actividad. En la actualidad sólo es puerto escala. La diferencia es que en un puerto base se efectúa el embarque del pasaje al comienzo del crucero y el desembarque al final del mismo, generando más y mejor actividad económica.
Hacer turismo a bordo de un crucero es como si tu alojamiento cambiara cada mañana de destino. Incorpora todas las instalaciones y servicios propios de un buen hotel aunque añade la ventaja de su movilidad. El concepto es exitoso porque combina un hotel flotante con servicio de todo incluido que cambia de destino cada día y, además, oferta atractivas excursiones.
El año pasado, los puertos españoles superaron por primera vez en su historia los nueve millones de visitantes en barcos de cruceros. Lidera el ranking Barcelona, seguido de los distintos puertos de la Autoridad Portuaria de Baleares, y, en tercer lugar, los puertos adscritos a la Autoridad Portuaria de Las Palmas, que contabilizaron 1,23 millones de cruceristas.
Las Palmas de GC engorda sus estadísticas apropiándose del tráfico de Arrecife
Entre los puertos de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, organismo al que está adscrito Arrecife, el de Las Palmas recibió 639.015 pasajeros, seguido de Arrecife (425.000) y Puerto del Rosario (172.247). Sin embargo, lo habitual es que la capital grancanaria se apropie de estos datos y los venda como suyos, más o menos del siguiente tenor: “Las Palmas superó el millón de cruceristas el año pasado. El puerto de La Luz y de Las Palmas, en la capital grancanaria, sumó 1,23 millones de cruceristas, mientras que el Puerto de Santa Cruz de Tenerife sólo consiguió…”. Y se quedan tan frescos. También aquí pervive el pleito insular.
Sabemos dos cosas, para finalizar. La primera es que el puerto de La Luz y de Las Palmas engorda sus estadísticas faltando a la verdad y vendiendo como propio el tráfico de pasajeros de turismo que se registran en los puertos conejero y majorero. Y sabemos que el puerto de Arrecife no es deficitario, sino económicamente viable, por lo que es posible que algún día cuente con su propia Autoridad Portuaria independiente de Las Palmas. Si llegara, será sin duda de la mano del turismo de cruceros.