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Anteproyecto de Ley de Patrimonio Cultural

Viene una ‘Ley del Suelo’ también para el patrimonio cultural

El Anteproyecto de Ley de Patrimonio Cultural abre la puerta a la discrecionalidad técnica y al capricho político a la hora de interpretar la norma.

El sesgo neoliberal del gobierno nacionalista de Canarias parece no tener fin. Se encuentra a información pública el Anteproyecto de Ley de Patrimonio Cultural de Canarias y la conclusión es que, si se aprueba tal y como está redactada, vendrá a significar para el patrimonio histórico y cultural lo que la Ley del Suelo al territorio. Una verdadera catástrofe de corte mercantilista al proponer la primacía de la intervención discrecional frente a los deberes de protección y conservación.
 
La nueva Ley sustituirá, ampliándola, a la actual Ley de Patrimonio Histórico de Canarias, en vigor desde 1999. El fin de la nueva Ley es la protección, conservación, investigación, restauración, difusión y disfrute social del legado cultural de los canarios, pero algunos aspectos de esta regulación no garantizan su consecución. Por ejemplo, el fin superior de la  protección se vería en entredicho porque los bienes a proteger quedan sometidos al antojo de decisiones municipales no sujetas a control alguno. Otro ejemplo sería el fin superior de la conservación, que podría verse en entredicho porque se contemplan medidas que no la favorecen por su exceso de intervencionismo.
 
El legislador parece más preocupado por satisfacer las demandas de negocio de los propietarios
La introducción en el Anteproyecto de términos como, por ejemplo, el aprovechamiento urbanístico a través de las remontas, expresa con claridad la vocación del legislador, que parece más preocupado por satisfacer las demandas de negocio de los propietarios que de preservar bienes de naturaleza colectiva. Así, los bienes inmuebles puedan ser objeto de profundas transformaciones que pondrían en entredicho su correcta lectura historicista, cuando menos.
 
Otra muestra que pone de relieve la laxitud que el gobierno canario propone para el patrimonio cultural es la desaparición de la protección integral de los conjuntos históricos, así como la introducción de medidas de diverso tipo que no acarrean su conservación. Incluso e articulado del anteproyecto contempla la posibilidad de que un inmueble declarado Bien de Interés Cultural  (BIC) se permita sólo la conservación, restauración y rehabilitación, pero si ese BIC s encuentra dentro de un conjunto histórico, además se permita la reconstrucción, reestructuración y remonta. Todo ello resulta inexplicablemente contradictorio.
 
 
Se introduce el silencio positivo, lo cual podría dar pie a las arbitrariedades 
Otras cuestiones muy discutibles tienen que ver con que sean los ayuntamientos quienes decidan si se incrementa o no la edificabilidad en inmuebles donde sólo se conserve la fachada. Con ochenta y pico consistorios en Canarias el popurrí puede ser escandaloso. Finalmente, se introduce el silencio positivo, lo cual podría dar pie a las arbitrariedades sencillamente con no contestar ciertas peticiones.
 
En definitiva, el Anteproyecto de Ley de Patrimonio Cultural abre la puerta a la discrecionalidad técnica y al capricho político a la hora de interpretar la norma, que quedaría muy abierta y, con ella, la correcta gestión del patrimonio, que, finalmente,  dependería del grado de sensibilidad de los técnicos y los políticos. Mala cosa, ya que el poco patrimonio tangible que ha logrado sobrevivir a la piqueta en las Islas podría correr graves riesgos de deformación.

Se crean los Catálogos Insulares

Con la nueva norma, el patrimonio cultural de Canarias estará constituido por los bienes muebles, muebles manifestaciones inmateriales de la cultura popular y tradicional, que ostenten valor histórico, artístico, arquitectónico, arqueológico, paleontológico, etnográfico, paisajístico, industrial, científico o técnico o de cualquier otra naturaleza cultural.
 
La nueva Ley aumentará los conceptos ya protegidos por la actual, como el patrimonio industrial, el bibliográfico o el inmaterial. También propone asistir a las Corporaciones Locales en el ámbito del patrimonio cultural, agilizar y actualizar los procedimientos de declaración de Bienes de Interés Cultural, mejorar la coordinación entre la administración autonómica y las locales y revitalizar el régimen sancionador y la actividad inspectora.
 
El sistema instrumental para la gestión de todo ello se basará en tres pilares: el Registro de Bienes de Interés Cultural, los Catálogos Insulares de Bienes Culturales y el Catálogo Municipal de Patrimonio Histórico y Cultural. También es novedosa la creación de los Catálogos Insulares de Bienes Culturales, que serían nuevos instrumentos de protección.

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