INFANCIA

Adopciones en Lanzarote, niños en espera de destino

El número de ofrecimientos nuevos para la adopción de un menor en Canarias ha sido de 103 durante el año pasado, de ellos once en Lanzarote.

El número de ofrecimientos nuevos para la adopción de un menor en Canarias en 2018 ha sido de un total de 103. De ellos, once se produjeron en Lanzarote, incluyendo una adopción internacional. Estos datos se extraen el informe sobre la Adopción en Canarias referido al año pasado, que ha sido elaborado por el Servicio de Programas de Adopción de Menores de la Dirección General de Protección a la Infancia y la Familia del Gobierno de Canarias. Muchos de los datos se encuentran agregados por provincias, lo cual lamentablemente no  explica absolutamente nada.
 
El Servicio de Programas de Adopción de Menores es el encargado de gestionar la declaración de las idoneidades para la adopción, tanto nacional como internacional, la tramitación y seguimiento de las adopciones en curso, la intervención postadoptiva y la búsqueda de orígenes de las personas adoptadas. Estas tareas se enfrontan desde el compromiso de atender a las necesidades de la infancia en las Islas, y garantizar el derecho de todo niño a crecer y desarrollarse de forma sana y segura en una familia que lo acompañe en sus sucesivas etapas evolutivas.
 
En 2018 se celebró un curso para adoptantes en Lanzarote, al que acudieron 18 personas
Una de las notas relevantes de la situación de la adopción en las Islas es que se confirma la tendencia que se viene manifestando en los últimos años de disminución de los ofrecimientos para la adopción internacional. Así, mientras en 2007 llegaron a ser 438, el año pasado han sido de sólo 103. El desarrollo social y económico de los países tradicionalmente receptores de ofrecimientos ha traído como consecuencia que su propia adopción nacional se haya incrementado, lo que ha alargado significativamente los tiempos de espera y ha reducido el número de asignaciones para la adopción internacional. Por otro lado, las cifras de 2018 confirman una tendencia al alza en el número de ofrecimientos de adopción dentro de España.
 
Otro aspecto de la adopción es la formación. Desde 2015, la formación en materia de adopción es obligatoria para los adoptantes, que deben realizar las acciones formativas que la entidad pública competente considere oportunas en este ámbito. En 2018 se celebró un curso en Lanzarote, al que acudieron 18 personas. Cada curso consta de seis sesiones formativas que contempla convertirse en padres y madres a través de la adopción, las consecuencias del desamparo, la construcción de la nueva familia y la formación de los vínculos afectivos o las diferentes modalidades de adopción.

Qué es la adopción

La adopción es una medida de amparo permanente a través de la cual un menor se integra plenamente en la vida de otras personas. La adopción pretende ofrecer a un niño en situación de desamparo una familia que pueda y sepa cubrir sus necesidades físicas, emocionales o de cualquier otro tipo. No es, pues, una forma de satisfacer los deseos y expectativas de los adultos, por mucho que dichos deseos y expectativas sean legítimos. 
 
Dicho de otra forma, los adultos no tienen derecho a adoptar, pero los niños sí tienen derecho a tener una familia en la que desarrollarse de forma plena. Es por eso que la adopción exige del adulto un proyecto de vida profundamente meditado y un gran ejercicio de responsabilidad. Y ello porque lo que está en juego es el futuro de unos niños que necesitan un ambiente familiar sano en el que poder desarrollarse como personas. Y exige también del adulto un compromiso decidido para estar siempre presente, para amar, contener y apoyar.
 
A través de ella, el niño es integrado definitivamente en una familia alternativa para que pueda vivir la infancia a la que todo niño tiene derecho. Una infancia sin traumas, en la que el niño pueda crear unos vínculos seguros con el adulto que le permitan construir la posibilidad de una vida plena. Una infancia, en definitiva, que construya futuro.