TRÁFICO AÉREO
El Aeropuerto César Manrique-Lanzarote recibió 93 jets privados en 2023
Los cuatro aeropuertos con más tráfico de Canarias recibieron un total de 1.133 llegadas de estos aviones, lo que les sitúa entre los 50 primeros de Europa que más emisiones contaminantes generan por esa vía, según Greenpeace
Los cuatro aeropuertos con más tráfico de Canarias recibieron durante 2023 un total de 1.133 llegadas de jet privados, lo que les sitúa entre los 50 primeros de Europa que más emisiones contaminantes generan por esa vía, según informe recopilado por Greenpeace. En concreto, el Aeropuerto César Manrique-Lanzarote recibió 93 jets privados en 2023.
La organización ecologista se fija en estos desplazamientos aéreos de lujo porque un vuelo en reactor privado emite diez veces más CO2 por pasajero que un avión comercial convencional.
De hecho, se estiva que cada vuelo vacacional en jet privado contamina en términos de dióxido de carbono emitido a la atmósfera tanto como una ciudadano europeo en todas sus actividades de un año.
En los últimos años, subraya Greenpeace, España se ha convertido en el segundo destino europeo de los vuelos en jet privado, con un 23 % del total, a muy poca distancia de Francia, que supone el 23,5 %.
Tres aeropuertos españoles están entre los cinco primeros con más tráfico de este tipo en Europa, solo por detrás de Niza (Francia) y Ginebra (Suiza): son los de Mallorca, Ibiza y Málaga.
Entre los 50 primeros con más tráfico de este tipo en el continente hay otros seis aeropuertos españoles: Barcelona-El Prat, en el puesto 9º; Menorca, en el 28 º; Tenerife Sur, en el 38 º; Gran Canaria, en el 39º; Lanzarote, en el 43º; y Tenerife Norte, en el 45º.
En Canarias, en 2023 el aeropuerto con mayor número de llegadas en reactor privado fue Tenerife Sur, con 523; seguido por Gran Canaria, con 434; Lanzarote, con 93; y Tenerife Norte, con 83.
Greenpeace destaca que, en la Península Ibérica y Baleares, este tipo de vuelos emiten como mínimo 40 % de sus emisiones totales durante el periodo de verano, con picos superiores en aeródromos como Ibiza, donde el 68 % de las emisiones son estacionales, y Mallorca donde lo son el 49 %.
En los aeropuertos de Canarias que forman parte de este ránking, el efecto estacional se produce en otoño y primavera, estaciones que concentran entre el 24 % y el 28 % de las emisiones de CO2 de este tipo de vuelos, coincidiendo con la temporada alta en las islas.
La organización ecologista se fija en estos desplazamientos aéreos de lujo porque un vuelo en reactor privado emite diez veces más CO2 por pasajero que un avión comercial convencional.
De hecho, se estiva que cada vuelo vacacional en jet privado contamina en términos de dióxido de carbono emitido a la atmósfera tanto como una ciudadano europeo en todas sus actividades de un año.
En los últimos años, subraya Greenpeace, España se ha convertido en el segundo destino europeo de los vuelos en jet privado, con un 23 % del total, a muy poca distancia de Francia, que supone el 23,5 %.
Tres aeropuertos españoles están entre los cinco primeros con más tráfico de este tipo en Europa, solo por detrás de Niza (Francia) y Ginebra (Suiza): son los de Mallorca, Ibiza y Málaga.
Entre los 50 primeros con más tráfico de este tipo en el continente hay otros seis aeropuertos españoles: Barcelona-El Prat, en el puesto 9º; Menorca, en el 28 º; Tenerife Sur, en el 38 º; Gran Canaria, en el 39º; Lanzarote, en el 43º; y Tenerife Norte, en el 45º.
En Canarias, en 2023 el aeropuerto con mayor número de llegadas en reactor privado fue Tenerife Sur, con 523; seguido por Gran Canaria, con 434; Lanzarote, con 93; y Tenerife Norte, con 83.
Greenpeace destaca que, en la Península Ibérica y Baleares, este tipo de vuelos emiten como mínimo 40 % de sus emisiones totales durante el periodo de verano, con picos superiores en aeródromos como Ibiza, donde el 68 % de las emisiones son estacionales, y Mallorca donde lo son el 49 %.
En los aeropuertos de Canarias que forman parte de este ránking, el efecto estacional se produce en otoño y primavera, estaciones que concentran entre el 24 % y el 28 % de las emisiones de CO2 de este tipo de vuelos, coincidiendo con la temporada alta en las islas.