SEMBLANZA
Un año sin Manuel Díaz Rijo, el maestro del agua
11 de junio de 2017 (06:05 h.)
Lanzarote palió su sed ancestral y cambió para siempre con Manuel Díaz Rijo, un atípico ingeniero naval apasionado de la docencia y la investigación.
El día 14 de junio se cumple el primer aniversario de la muerte del doctor en ingeniería naval Manuel Díaz Rijo (La Vegueta, 20 de septiembre de 1927 – Madrid, 14 de junio de 2016). Lanzarote palió su sed ancestral y cambió para siempre gracias a este ingeniero naval atípico y apasionado de la docencia y la investigación. Manuel Díaz Rijo es el maestro del agua, el hombre que no se dejó abatir por las adversidades y que desconocía el significado de la palabra imposible. Con él, el ideal moderno de emprendedor jamás voló tan alto ni llegó más lejos.
Manuel Díaz Rijo decide en 1960 buscar una solución al abastecimiento de agua potable en Lanzarote mediante la instalación de una planta de potabilización de agua de mar. En la navidad de 1964, la primera planta desaladora instalada en tierra en Europa comienza a producir agua potable en fase de pruebas. El éxito fue rotundo y el hito ocupa un lugar privilegiado en el devenir de la isla.
“Trabajó en el Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo, único centro de investigación naval entonces existente en España”
Nacido en Lanzarote aunque a caballo entre Madrid y su isla natal, este ingeniero naval trabajó en el Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo, único centro de investigación naval entonces existente en España, entre 1954 y 1959. Su estancia en este organismo le permitió adquirir una visión inmejorable de los avances de la ingeniería en el ámbito de la hidrodinámica, una rama de la física que estudia el movimiento de los fluidos. Su sólida formación queda acreditada, asimismo, por el hecho de que durante diecinueve años desarrolló una intensa actividad docente en la Escuela de Ingenieros Navales de Madrid, impartiendo las asignaturas de Física Teórica, Teoría del Buque y Mecánica de los Fluidos. Durante cinco años fue director de los Laboratorios y Talleres de dicho centro.
“Lanzarote se despereza en 1960 y algunos de sus talentos se ponen en marcha al servicio de la isla”
Lanzarote se despereza en 1960 y algunos de sus talentos se ponen en marcha al servicio de la isla. Mientras unos ocupan puestos de responsabilidad política modernizando el gobierno local y aprovisionando las infraestructuras necesarias para el desarrollo, como José Ramírez, otros ponen el énfasis en el paisaje, el arte y la naturaleza para poner en valor las bellezas de la isla, como César Manrique. Manuel Díaz Rijo, por su parte, subraya la importancia del conocimiento científico para resolver un problema hasta entonces irresoluble: satisfacer las necesidades de agua potable de la población y de los turistas que comenzaban a llegar.
Manuel vivió en Lanzarote hasta los 12 años de edad. Cursa estudios de bachillerato en la Península, obtiene el título de ingeniero naval en 1954, se dedica a la docencia y se doctora en 1961, pero mantiene los lazos con su tierra natal a través de la relación que cultiva y la información que intercambia con los pocos estudiantes desplazados a Madrid a estudiar carreras universitarias. Conocía el alcance y el sentido de la falta de agua y estaba al tanto de las iniciativas que se acometían en la isla para garantizar el abastecimiento.
“Estados Unidos, Westinghouse y Burns and Roe, y la planta experimental en San Diego, California”
El ingeniero sabía lo que se traía entre manos cuando, en 1960, se propone instalar una planta de potabilización de agua de mar. Mientras prosigue su labor docente, redacta un anteproyecto y trata de acceder a financiación pública, sin conseguirlo. Lejos de desalentarse, trata de conseguir los fondos de la iniciativa privada y constituye la empresa Termoeléctrica de Lanzarote SA, también conocida como Termolansa. Dirige su mirada hacia los Estados Unidos de América, donde ya operaban plantas de desalación de agua de mar, y entra en contacto con las firmas Westinghouse y Burns and Roe, las cuales dirigían una planta experimental en San Diego, California. En ella se inspiró, al considerarla el mejor modelo para la redacción del proyecto definitivo para Lanzarote. Después de varios años, la planta potabilizadora se instaló y empezó a suministrar, a la vez, agua y electricidad en la primavera del 1965.
Manuel Díaz Rijo: “Se me ocurrió pensar que Lanzarote era una especie de buque anclado en el Atlántico”
Lanzarote cambió para siempre gracias a Manuel Díaz Rijo, un ingeniero naval que, en lugar de irse a trabajar a unos astilleros, se inclinó por la docencia y la investigación, aplicando sus conocimientos en una balsa de piedra situada en el Océano Atlántico llamada Lanzarote. “Se me ocurrió pensar que Lanzarote era una especie de buque anclado en el Atlántico y que podría aplicársele las mismas soluciones que ya experimentaban en otros lugares para desalar agua”, dijo en septiembre de 2011, al leer el Pregón en honor de la Virgen de los Volcanes.
Una calle compartida en Arrecife con su hermano José, el nombre de la central de desalación, ‘Conejero del Año’ por el Rotary Club y pregonero de las Fiestas de Los Dolores en 2011 no compensan la ausencia de una declaración de Hijo Predilecto de Lanzarote que no supo llegar a tiempo.