Memoria histórica

Domingo Cedrés Arrocha, el lanzaroteño que murió en el Campo de Concentración de Gusen

Gusen
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Otro lanzaroteño, Pedro Noda de la Cruz, nacido en Yaiza el 30 de agosto de 1913, perdió la vida en el Campo de Concentración de Mauthausen el 6 de mayo de 1942.

Domingo Cedrés Arrocha, el lanzaroteño que murió en el Campo de Concentración de Gusen

El hijo de Lanzarote Domingo L. Cedrés Arrocha murió el 18 de noviembre de 1941 en el Campo de Concentración de Gusen, durante la II Guerra Mundial. Domingo había nacido en el domicilio familiar del caserío de Papagayo (municipio de Femés), el 18 de diciembre de 1906.

En 1939 Domingo Cedrés Arrocha se encuentra en algún campo para refugiados republicanos españoles habilitado en Francia. Ya en plena II Guerra Mundial, es detenido por los nazis en territorio francés. Todo apunta a que se encontraba alistado en alguna compañía de trabajadores, cuyo cometido era principalmente la realización de obras civiles. Finalmente, es apresado y trasladado a Alemania. En abril de 1941 es deportado al Campo de Concentración de Mauthausen, en Austria.

DE PAPAGAYO A ARRECIFE

Según Fabián Hernández Romero —‘deportadoscanarios.wordpress.com’—, sus ancestros proceden mayoritariamente del pueblo de Tías; su padre era marino de profesión y su madre era natural de Tías. Más tarde, la familia abandona las playas de Papagayo para establecerse en Arrecife. Su última dirección en la capital de la isla es el nº 5 de la calle Academia, al lado de la Iglesia San Ginés.

Otro lanzaroteño, Pedro Noda de la Cruz, nacido en Yaiza el 30 de agosto de 1913, perdió la vida en el Campo de Concentración de Mauthausen el 6 de mayo de 1942. Junto a veintisiete canarios más, Domingo y Pedro figuran en el listado de españoles muertos en los campos nazis de exterminio.

EVADIDOS AL CONTINENTE AFRICANO

La novelesca historia de Pedro Noda de la Cruz fue recogida en 2005 en ‘El País.’ Aquel año, un joven de nombre Pedro Noda, de 29 años de edad, “encontró por azar en un buscador de la red una parte de su pasado, al indagar sobre el resultado de un partido de balonmano del equipo en el que jugaba”, el San José Obrero de Titerroy, en Arrecife. Se había topado con la información sobre la tumba de su abuelo, Pedro Noda de la Cruz, asesinado en el campo de trabajo externo de Bretstein, perteneciente a Mauthausen.

Después del golpe militar y la posterior Guerra Civil española, fueron muchos los canarios de las islas orientales que se evadieron al continente africano, sobre todo marinos y pescadores. Era un territorio que conocían a la perfección porque la flota pesquera insular faenaba habitualmente en aquellas aguas. Los tripulantes de unas dos docenas de barcos aprovecharon su viaje al banco pesquero sahariano para pasarse al bando republicano, o simplemente para evitar ser movilizados por los golpistas. Es el caso de Pedro y Domingo.

PEDRO FUE BRUTALMENTE APALEADO

Una vez en África, Noda de la Cruz cruzó a Francia, donde fue detenido por los nazis y enviado a Bretstein, en Austria, donde trabajó bajo duras condiciones construyendo un camino de piedra. Los republicanos españoles empezaron a sustituir a prisioneros de guerra franceses en Bretstein en el verano de 1941. Allí no había futuro alguno y planeó escapar junto a otros internos, pero fueron descubiertos y el supuesto cabecilla del intento de fuga, el propio Pedro, fue brutalmente apaleado, atado a una carreta y arrastrado por todo el recinto hasta causarle la muerte. Su cadáver maltrecho fue expuesto en señal escarmiento.

En este grupo de españoles deportados a Mauthausen se encuentran otros cinco canarios, entre ellos el lanzaroteño José Cruz Barreto y Casimiro Morales de la Hoz, también natural de la provincia de Las Palmas. Dos meses más tarde, Domingo fue transferido al subcampo de Gusen, dependiente de Mauthausen. De acuerdo con los registros de defunción, Domingo Cedrés Arrocha murió a causa de una bronconeumonía. No obstante, la causa aparente de la muerte no se correlaciona necesariamente con las razones reales, pues a menudo los asesinatos fueron disfrazados como causas naturales.

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