ARRECIFE

Hotel Lancelot, el primero de la era moderna que se construyó en Arrecife

Hotel Lancelot de Arrecife. Imagen de archivo.
Hotel Lancelot de Arrecife. Imagen de archivo.

Desde la discreción y una actitud desprendida, ha formado parte de la vida social y cultural de Arrecife desde su apertura en diciembre de 1968

Hotel Lancelot, el primero de la era moderna que se construyó en Arrecife

Las obras que se ejecutan delante de la playa El Reducto convertirán este tramo de vía en una calle peatonal y mejorarán todavía más los atributos del Hotel Lancelot, cuya ubicación y vistas son magníficas. En ambos aspectos radica buena parte del éxito de este discreto establecimiento hotelero, puesto que, desde la discreción y una actitud desprendida, ha formado parte de la vida social y cultural de Arrecife desde su apertura.

El Hotel Lancelot fue el primero de la era moderna que se construyó en Arrecife y el segundo en Lanzarote. Bajo el nombre entonces de Hotel Lancelot Playa, se inauguró el domingo 9 de febrero de 1969, aunque había abierto sus puertas al público en diciembre de 1968. Por aquellas fechas, sólo existía en la isla un único establecimiento hotelero moderno, el Hotel Los Fariones, y completaban la pujante oferta alojativa el Parador Nacional de Turismo (1951) o el Hotel Miramar (1959), entre otros.

1969: 136 plazas y categoría 1ª B

Un año después de la inauguración del Hotel Lancelot Playa, la isla registró una afluencia de 25.325 turistas lo que ofrece una idea del vigor que experimentaba esta nueva actividad económica impulsada desde el Cabildo, presidido por José Ramírez Cerdá, quien centró su quehacer en la mejora de carreteras, la creación de nuevas infraestructuras, la provisión de agua, el fortalecimiento del puerto y el aeropuerto y, por último, el acondicionamiento de lugares turísticos bajo la dirección artística de César Manrique. En 1969, Lanzarote ya contaba con varios Centros Turísticos: la Cueva de los Verdes, los Jameos del Agua, las Montañas del Fuego y el Monumento al Campesino.

Las crónicas periodísticas de la época recogieron el importante acontecimiento para Arrecife. El edificio hotelero, de seis plantas, contaba inicialmente con 68 habitaciones dobles, con capacidad para 136 plazas y categoría 1ª B. La prensa subrayó su ubicación frente a la marina de la ciudad y la playa El Reducto. La inversión ascendió a 45 millones de pesetas de la época, y fue posible gracias a un crédito oficial otorgado por el Ministerio de Información y Turismo, que apostaba decididamente por la industria turística como nuevo sector de desarrollo de la economía española.

Juan Rosa lo adquiere en 1993

El comienzo de la actividad del Hotel Lancelot coincide con el despertar turístico de la isla en la segunda mitad de los años sesenta del siglo pasado, que discurre en paralelo con el desarrollo empresarial y comercial de Arrecife. Durante su trayectoria ha atravesado momentos difíciles, pero con el paso del tiempo ha sido capaz de consolidarse como un establecimiento alojativo receptor de clientes de negocios y de un turismo nacional internacional, sobrepasando los límites convencionales de los llamados hoteles de ciudad.

Asimismo, es un referente en la vida social de la ciudad, ya que sus salones han acogido todo tipo de actividades culturales y empresariales. En 1993, el Hotel Lancelot, ya con su denominación actual, emprende un nuevo rumbo al ser adquirido y renovado por Juan Rosa Perdomo, uno de los más grandes y respetados emprendedores contemporáneos de la isla y pregonero de las Fiestas de San Ginés de 2011. Tras fallecer en 2015, en la actualidad el hotel es regentado por sus herederos.

Hotel Lancelot.
Hotel Lancelot.

Lancilotto, Lancelot, Lanzarote

El nombre de la isla, Lanzarote, procede, según todos los más prudentes autores, de un nombre propio de persona: Lancilotto —o Lancelotto o Lancelot— Malocello —o Malucello o Malosiel—, un navegante genovés que habría llegado a la isla en el primer tercio del siglo XIV con propósitos comerciales, según Maximiano Trapero y Eladio Santana en su Toponimia de Lanzarote. Es decir, casi un siglo antes del inicio de la conquista de Canarias por parte de la Corona de Castilla.
Las aventuras del genovés serían difundidas entre los navegantes que por aquellos años arribaban a las Islas, y así empezaron a llamar a Titerroygatra, o como se dijera en lengua guanche, ‘la isla de Lanzeloto’. Eso explica, por ejemplo, que en el mapa de Angelino Dulcert (de 1339), uno de los primeros portulanos en que se dibujan las Islas Canarias en su posición geográfica más o menos real, la de Lanzarote lleve el nombre del genovés: insula de Lanzarotus Marocolus (sic), anotan Trapero y Santana.
Ese fue el nombre que, con múltiples variantes, se impuso en toda la cartografía posterior: Lancelot, Lancelotto, Lancilotto, Lançarote, hasta el Lanzarote inequívoco actual, pronunciado por los isleños, eso sí, /lansaróte/. De ello dejan constancia varios autores que arribaron a la isla en muy distintos tiempos y escribieron sus nombres principales: Lançarote es como aparece en las cartografías de Íñigo de Briçuela/Cosala y de P.A. del Castillo, por ejemplo, añaden Trapero y Santana.
Lancelot es un nombre propio masculino, del francés antiguo. Se popularizó gracias a la leyenda artúrica y al personaje de Lancelot du Lac—Lanzarote del Lago—, uno de los caballeros de la Mesa Redonda en las historias del rey Arturo. La figura legendaria de Lancelot ha influido en la forma en que el nombre se percibe y se ha vuelto icónico en la literatura y la cultura popular. Es un nombre que se asocia con valores como valentía, honor o lealtad.

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