Reportaje

Las orquídeas florecen en casa de Mauricio con más de 1.000 especies

Más de 1.000 orquídeas en casa de Mauricio Cerpa
Fue en un paseo a caballo por la selva cuando Mauricio y Araceli se toparon con esta planta. Se trajo un ejemplar a Lanzarote y a partir de ahí, llegaron a su vida más viajes, más aventuras y más orquídeas
Las orquídeas florecen en casa de Mauricio con más de 1.000 especies

Más de 1.000 orquídeas y dos invernaderos. La pasión de Mauricio Cerpa ha ido creciendo hasta el punto de convertir su hogar, en un mundo vegetal extraordinario. Como amante de la naturaleza, su afición comenzó desde muy joven con los cactus. Pero más adelante, en un viaje a México con Araceli Suárez, su mujer, nació su amor por las orquídeas. 

Fue en un paseo a caballo por la selva cuando se toparon con esta planta. Se trajo un ejemplar a Lanzarote y a partir de ahí, llegaron más viajes, más aventuras y más orquídeas. Una pasión que acompaña a la pareja desde hace ya muchos años.

Como cualquier otra especie, las orquídeas también requieren un determinado clima, según el tipo, para poder sobrevivir. Algo que no se le escapa a Mauricio y Araceli, que tienen en su hogar, en Costa Teguise, dos invernaderos, uno de frío y otro de calor para la supervivencia de sus plantas. Además de amplios jardines para otras especies.

Siempre que veo una orquídea, cuando viajo, me fijo en las condiciones que necesita para vivir

Aunque su pasión por las orquídeas llegó de casualidad, Mauricio asegura que el amor por estos ejemplares llegó a su vida para quedarse. "Mucha gente me pregunta si saco rentabilidad de esto. Y siempre aclaro que no. Lo único que hay detrás de  todo esto que vemos es pasión". De hecho, la pareja asegura que no suelen ni siquiera regalar plantas a nadie que no vaya a cuidarlas como lo hacen ellos mismos en casa. 

Mauricio Cerpa cuenta actualmente con más de 1.000 orquídeas, procedentes muchas de distintos países a los que ha viajado la pareja. Y es que aquí, según explica Mauricio, únicamente se consiguen tres especies. "Es difícil pero es posible. Siempre que veo una orquídea, cuando viajo, me fijo en las condiciones que necesita para vivir. Si esas condiciones las puedo tener en mi casa, me la traigo, de lo contrario, renuncio a ella. Es injusto traérmelas aunque me gusten, porque no sobrevivirían a un clima que no es el de ellas".

Olor a mandarina, a limón y hasta a muerto. Años, meses o incluso horas de vida según el tipo de orquídea. Mauricio se conoce todo sobre sus plantas. Horas de estudio, de investigación y charlas con compañeros que comparten su pasión le han ayudado a obtener más conocimiento sobre cada una. Precisamente por eso sabe qué hacer y cómo para que sus ejemplares estén en las mejores condiciones.

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