MOVILIDAD

Peatones frente a conductores de coches, el enésimo reto de Arrecife

La Plazuela, una vía peatonal de Arrecife.
La Plazuela, una vía peatonal de Arrecife.

La movilidad peatonal “debe ser el modo predominante de desplazamiento para trayectos cortos, para lo que las infraestructuras deben facilitarla de forma cómoda” (PMUSA, 2021)

Peatones frente a conductores de coches, el enésimo reto de Arrecife

El Plan de Movilidad Sostenible Urbana de Arrecife (PMUSA), aprobado en 2021, considera que los desplazamientos peatonales de corta distancia “no disponen de la suficiente calidad, con aceras en mal estado que se encuentran sin mantenimiento, que impiden la movilidad peatonal entre los barrios para todo tipo de personas, no solamente las de movilidad reducida”. Esta es la situación en la ciudad, por lo que el citado Plan reivindica que la movilidad peatonal “debe ser el modo predominante de desplazamiento para trayectos cortos, para lo que las infraestructuras deben facilitarla de forma cómoda”.

Otorgar protagonismo al peatón

Cada de 17 de agosto se celebra en todo el mundo el Día Mundial del Peatón, cuya finalidad es difundir la cultura vial del peatón, promover los espacios adecuados para esta forma de moverse en las ciudades y recordar las obligaciones que implica la movilidad a pie. Pero, por razones que vienen de lejos, los conductores de automóviles se creen con el derecho casi exclusivo a utilizar el espacio público a su antojo. Por eso, los anuncios de colapso y ruina comercial suelen aparecer cada vez se intenta poner coto al espacio destinado al automóvil, que, durante décadas, se ha adueñado de la mayor parte del territorio urbano disponible en las ciudades. También en Arrecife.

Descendiendo a la concreto, el PMUSA propone otorgar protagonismo al peatón mediante una red principal de itinerarios peatonales con una estructura reticular, radial y transversal que conecte todos los barrios entre sí. Formula cuatro ejes principales que enlacen los diferentes barrios entre sí con la Rambla Medular hasta los intercambiadores o la Estación de Guaguas. También plantea tres anillos que permitirían la interconexión entre los ejes principales de forma transversal.

Aceras, iluminación y árboles

No queda ahí este planeamiento, ya que, como primera medida, el PMUSA sugiere mejorar el entorno mediante la dotación de iluminación homogénea a toda la ciudad para crear una mayor percepción de seguridad, así como la reubicación de todos los contenedores de residuos urbanos. El segundo paso, sería introducir árboles (“como cifra orientativa, que debe adaptarse a cada caso, un espécimen cada 15 metros”), rebajar los bordillos para los pasos de peatones, mayor duración de la fase verde en los semáforos para los peatones y ampliar los anchos de las aceras a estándares razonables.

Peatonalizar calles es una de las primeras medidas que adopta toda ciudad que apueste por la calidad de vida de su población. Sin embargo, estas decisiones son a menudo controvertidas, ya que, unos, alegan sin soporte científico la ruina del comercio instalado en ellas, mientras que, otros, defienden que es una necesidad imperiosa y una tendencia irrefrenable. En general, estas dos visiones se corresponden con las posiciones ideológicas de derechas y de izquierdas.

Peatonalizar va ganando adeptos

A pesar de las resistencias, la tendencia a peatonalizar va ganando adeptos. No hace tanto que cambió de fisonomía de dos céntricas calles de Arrecife, Antonio Porlier y Sopranis y Hermanos Zerolo. Su apariencia es ahora peatonal y no se han escuchado quejas de los dueños de los establecimientos comerciales situados en ambas calles reclamando su reapertura al tráfico, al contrario. Por tanto, pierde fuelle la oposición a la peatonalización, a la progresiva conquista de espacios al tráfico en beneficio de los peatones y los árboles y de aquellos medios de transporte menos contaminantes, como la bicicleta.

En sentido contrario, otro ejemplo es el cierre y posterior reapertura de la Avenida Marítima de Arrecife al tráfico particular, que generó una polémica que aun no ha concluido. No deja de ser curioso que Arrecife vaya con el pie cambiado al permitir que los coches privados circulen por la orilla del mar, mientras se le ha cerrado o se le va cerrando el paso en cualquier otra localidad costera en la propia isla, desde Playa Honda a Costa Teguise, siguiendo por Playa Blanca o Puerto del Carmen. Nadie se ha arruinado porque no son los coches los que entran a comprar en los establecimientos comerciales, sino las personas.

Del Parque de El Retiro a la Calle Real

Uno de los casos más esperpénticos contra la peatonalización en nuestro país se produjo en 1983, en Madrid. El entonces portavoz de Alianza Popular (antiguo PP) en el Ayuntamiento, se oponía firmemente a desterrar el tráfico en el parque de El Retiro y pedía que su paseo principal sirviera para acceder al parque en coche, “pues precisamente ese acceso posibilita el uso de El Retiro”. Lo atravesaban 11.000 vehículos al día y se usaba como aparcamiento. 40 años después, por este parque solo circulan los vehículos de seguridad y los proveedores de servicios a determinadas horas.
En la esfera local, el centro de Arrecife estaba abocado a la ruina, proclamaban los agoreros en torno a los años ochenta del siglo pasado, cuando se decidió cerrar al tráfico la Calle Real. Vaticinaban un cataclismo para el comercio y la destrucción del tejido empresarial y residencial, pero el tiempo demostró que estaban muy equivocados. Los opositores eran unos comerciantes que, por alguna razón, siguen sin ser capaces de apreciar las ventajas de un peatón que pasea, mira los escaparates y compra frente al que se mueve dentro de un coche.

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