La ruta migratoria atlántica se enfría en África: ¿por qué cayeron las travesías en 2025?
En el asentamiento pesquero de Bargny, a apenas 30 kilómetros de Dakar, capital de Senegal, el mar ya no susurra con la misma desesperación de antes. Esta localidad, símbolo del drama migratorio que azota África occidental, parece respirar aliviada en los últimos tiempos.
Entre 2023 y 2024, las autoridades locales calculan que casi 3.000 personas de Bargny se lanzaron a la peligrosa travesía hacia las Islas Canarias (España).
Sin embargo, aunque la Alcaldía aún no tiene registros actualizados, el oleaje humano parece haberse calmado.
Las cifras preliminares de Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas, confirman esta tendencia: en los primeros diez meses de 2025, la ruta desde África occidental hacia Canarias registró un descenso del 59 %, con poco más de 14.100 detecciones.
La mayoría de quienes arriesgan sus vidas en este corredor son malíes, senegaleses y guineanos, tres nacionalidades que dibujan el mapa del éxodo en la región.
"(El retroceso) observado este año puede explicarse por un conjunto de factores: primero de seguridad, luego políticos, económicos y, por último, coyunturales", destaca a EFE Aly Tandian, profesor de la Universidad Gaston Berger de Saint-Louis y presidente del Observatorio Senegalés de Migraciones.
Cooperación de la UE a través de España
El académico subraya que este año, "en cuanto al refuerzo de los dispositivos de control y vigilancia, se ha observado una mayor cooperación entre la Unión Europea (UE) a través de España, y los Estados del África Occidental, como es el caso de Senegal, Mauritania y Cabo Verde".
En Senegal, esa colaboración se tradujo en operaciones más habituales de la Armada, que en los últimos meses detuvieron varias embarcaciones ante las costas de Saint-Louis, Mbour y Kafountine.
“Como consecuencia —indica Tandian—, los intentos de partida se han vuelto más difíciles, más arriesgados y, por tanto, menos frecuentes”.
Así, las Fuerzas Armadas senegalesas iniciaron este año una serie de operaciones conjuntas con la Gendarmería Nacional y la Policía, denominadas "Jokkoo" ("Puesta en común", en lengua wolof).
"Estas operaciones de gran envergadura buscaban frenar las salidas y se centraron a lo largo de las costas y en las islas identificadas como puntos de partida de barcos de migrantes irregulares", reconoce a EFE el capitán de navío Ibrahima Sow, director de Información y Relaciones Públicas de las Fuerzas Armadas (Dirpa).
En paralelo, la UE ha modificado su diplomacia migratoria, reforzando la condicionalidad de algunos fondos —incluida parte de la ayuda al desarrollo— y vinculándolos a un control más estricto sobre flujos migratorios.
Esto ha derivado en acuerdos bilaterales recientes con Mauritania, Senegal y Gambia, orientados a facilitar expulsiones rápidas y reforzar la cooperación policial.
Para Tandian, "Senegal, Mauritania y Gambia han implementado medidas que dificultan el desplazamiento de las poblaciones".
Sin embargo, esta estrategia se centra en la gestión de la migración, no en su gobernanza, es decir, no aborda las causas de fondo.
“No está claro si estas medidas serán sostenibles, ya que las poblaciones de la región candidatas a la migración irregular necesitan soluciones duraderas que les permitan desarrollarse en sus territorios de origen”, lamenta el profesor.
Vientos y olas más fuertes
A estos factores se suma un elemento coyuntural: vientos más fuertes y olas intensas que han dificultado las travesías.
“Estos cambios ambientales pueden haber generado condiciones que dificultan la travesía, volviéndola más peligrosa para embarcaciones artesanales", explica Tandian.
Las redes de facilitadores también sienten el impacto. Este año, varias rutas fueron suspendidas temporalmente debido a la peligrosidad del océano, lo que redujo la disponibilidad de embarcaciones e incrementó el coste de cada viaje.
Asimismo, el deterioro de la situación económica en la región ha agravado este escenario. El encarecimiento del combustible, la inflación y las complicaciones logísticas han elevado los costes de organizar una travesía.
La disminución de salidas en la costa atlántica plantea una cuestión clave para Tandian. "Si efectivamente ha disminuido la salida irregular desde las costas de África occidental, ¿no habrá una aceleración de flujos hacia Níger, con la esperanza de llegar a Europa?".
De igual modo, el experto recuerda que las rutas migratorias en África occidental son históricamente cíclicas.
Entre 2000 y 2006 se vivió la etapa de las denominadas rutas "Barça o Barzakh" (juego de palabras en referencia a "Barcelona o muerte"); luego, entre 2008 y 2020, vino una relativa calma.
“¿Están los candidatos preparándose para movilizar una nueva ingeniosidad migratoria?”, se pregunta Tandian.