La Guardia Civil detiene al patrón de una patera que llegó a Órzola

La Guardia Civil de Lanzarote, el pasado martes día 18 de octubre en el marco de la operación Rizadamar, detuvo a un varón de 21 años como presunto autor de un delito contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, el cual patroneaba una patera de madera provista de motor siendo identificado entre los ocupantes en el interior de la embarcación.

La Guardia Civil tuvo conocimiento de los hechos a las 09:40 horas el martes día 18 de octubre mediante el aviso de un barco pesquero el cual estaba navegando entre el islote de Roque del Este en dirección al muelle de Órzola y que avistó a una embarcación. El Centro Operativo de Servicios (COS) alertó a la patrulla de seguridad ciudadana del Puesto Principal de la Guardia Civil de Costa Teguise para que acudiera a la posible arribada de una patera a las costas del municipio de Haría. Los agentes se dirigieron al citado muelle y divisan a través de prismáticos a unos 500 metros de la costa a la mencionada patera, la cual iba patroneada por el detenido y con el firme propósito de alcanzar tierra firme.

Una vez la embarcación llegó al muelle, los agentes de la Guardia Civil que habían observado a uno de los ocupantes manejando el timón de la misma, en el momento del desembarque se procede a la identificación y posterior detención, encontrando entre sus pertenencias materiales útiles para la navegación como un GPS y diversa documentación que está siendo objeto de estudio. Además la patera, fabricada en madera y con dos motores fueraborda y con 47 personas a bordo (entre ellos una mujer y un menor), no cumplía con la normativa vigente para la navegación incluso llevando todas las inscripciones y matrícula borradas dificultando así la investigación posterior en cuanto a punto de salida y titularidad.

Del mismo modo, carecía de todo elemento de seguridad para hacer viable la navegación, poniendo constantemente en peligro la vida de las personas que se encontraban en su interior pues no disponía de sistemas de comunicación o de evacuación y emergencias, por lo que en el caso de avería de sus motores o que las condiciones meteorológicas empeorasen, los migrantes quedarían abandonados a su suerte. Por otro lado, cabe mencionar el peligro que conlleva para los ocupantes de este tipo de embarcaciones estar en contacto permanente con las garrafas de combustible que se encuentran en el interior sin ningún tipo de separación, ya no solo por una posible deflagración de los mismos, sino por el propio contacto del combustible con el agua salada que provoca quemaduras de cierta consideración.

Cabe destacar que en los alrededores del muelle de Órzola ha habido varios naufragios con resultados mortales, debido a que es una zona rocosa y con fuerte oleaje, dependiendo de las condiciones meteorológicas reinantes en la zona, por lo que el viaje de estos migrantes no estuvo libre de riesgo en ningún momento.