CLIMA

Cambio climático, el mayor reto de Loli Corujo

El mayor desafío que deberá afrontar la nueva presidenta del Cabildo no es lidiar con Pedro San Ginés como líder de la oposición.

El mayor desafío que deberá afrontar la nueva presidenta del Cabildo no consiste en lidiar con Pedro San Ginés como líder de la oposición. El calentamiento global y las derivaciones de sus impactos sobre el medio atmosférico, terrestre y marinos incluyendo de forma notoria los territorios costeros e insulares, se asumen hoy por la comunidad científica internacional como la mayor amenaza a la que se haya enfrentado el ser humano en su historia. 
 
Consciente de ello, el nuevo Gobierno de Canarias contará con una Consejería de Transición Ecológica y Lucha contra el Cambio Climático. Toda una declaración de intenciones acerca de cómo se concibe la vida en las Islas. En Lanzarote, la presidenta del Cabildo llevará personalmente ordenación del territorio, política territorial, medioambiente, reserva de la biosfera y cambio climático, entre otras áreas. Otra rotunda declaración de intenciones.
 
¿Cómo puede contribuir el turismo insular en la reducción de la huella de carbono?
En el Archipiélago se vienen diagnosticando numerosos impactos derivados del calentamiento global en espacios terrestres y marinos, en la salud humana, en la actividad económica y en fenómenos meteorológicos que deben ser observados con urgencia y rigor para definir políticas de prevención y respuesta en el menor plazo posible. Los nuevos gobernantes de Lanzarote y Canarias saben que los territorios insulares del planeta son espacios calificados como especialmente vulnerables a los impactos del calentamiento global. Por lo tanto, también saben que es de su responsabilidad intervenir en esta materia y no sólo como un actor más: piensa globalmente, actúa localmente. 
 
La nueva presidenta del Cabildo, Dolores Corujo, es consciente de que debe abordar con precisión cómo proteger Lanzarote y La Graciosa de los efectos adversos del calentamiento global y, al tiempo y con idéntico énfasis, ahondar en el grado de contribución que la actividad humana de ambas islas aportan al calentamiento global para reducir sus causas, esencialmente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y en especial el CO2. Si en Lanzarote casi todo es turismo, la pregunta es sencilla: ¿Cómo puede contribuir el turismo insular en la reducción de la huella de carbono y las emisiones de otros gases de efecto invernadero? ¿Cómo puede contribuir  en avanzar en políticas sostenibles que posicionen a Lanzarote en un referente internacional turístico desde la perspectiva ambiental en la gestión y usos de los espacios físicos e infraestructuras de ocio?
 
Hoja de ruta liderada por el Cabildo con la participación de los agentes económicos y sociales
Nadie duda que la industria turística mundial debe implicarse para reducir la elevada huella de carbono que genera la actividad. El turismo, por tanto, puede y debe protagonizar un lugar preferente en la lucha contra el cambio climático por su capacidad inversora y recursos, por su papel fundamental en la divulgación y comunicación, por la capacidad de innovación y de introducir cambios en sus modelos de gestión, así como, obviamente, por la propia supervivencia del sector. 
 
Lo complicado es encontrar las respuestas. Ahora bien, el camino a emprender tampoco alberga dudas. Para materializar una sólida implicación del sector turístico en la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en Lanzarote, es necesario articular una hoja de ruta liderada por el Cabildo Insular con la participación del Gobierno canario, los ayuntamientos, las asociaciones empresariales, los operadores turísticos, el propio Consejo de la Reserva Insular de la Biosfera y, dada su singularidad y relevancia, los Centros de Arte, Cultura y Turismo y la Fundación César Manrique.

El lento avance conejero

No progresamos adecuadamente. En Lanzarote, la media de 2017 de la energía producida con fuentes renovables se situó en torno al 3,8%. Por ello, las elevadas emisiones de gases de efecto invernadero deben abordarse con la máxima urgencia para reducir su impacto mediante la sustitución de fuentes energéticas sustentadas en hidrocarburos por fuentes renovables y limpias, en un proceso que conlleva de forma ineludible la aceleración de medidas de eficiencia energética para reducir consumos de energía, de agua y de productos importados con alta huella de carbono. 
 
En síntesis, las emisiones de gases de efecto invernadero de la Unión Europea se redujeron un 21,9% entre 1990 y 2017 (27 años); las de España, en ese mismo periodo, aumentaron un 17,9%. En Canarias, el 92,5% de la energía generada en 2017 se produjo mediante la combustión de hidrocarburos. os objetivos planteados por la Unión Europea sobre acción por el clima, establece:
 
- 2020. Reducir el 20% de las emisiones con respecto a las registradas en 2010. Producir al menos un 20% de la energía con fuentes renovables, e incrementar el grado de eficiencia energética en un 20%. 
- 2030. Reducir el 50% de las emisiones con respecto a las registradas en 2010. Producir al menos un 30% de la energía con fuentes renovables, e incrementar el grado de eficiencia energética en un 30%.