Los pueblos costeros, a rebosar en agosto
Lanzarote es un lugar tranquilo hasta que llega esta época del año. Tanto el que viene de fuera como el habitual turista interior llegan a colapsar algunos pueblos de la isla.
Llega el mes de agosto, y, con ello, la masificación en muchos pueblos de la isla. Lanzarote es un destino muy deseado para pasar las vacaciones, entre otras cosas, por su paisaje. Un lugar salpicado por los volcanes, con lugares vírgenes y la exclusividad de muchos de sus rincones.
Parar, sentarse en cualquier zona y disfrutar de un paisaje abrupto y de la cercanía del mar, siempre es un placer. Al margen de algunas localidades turísticas, sobre todo del sur, Lanzarote es un lugar tranquilo y elegido por muchos para pasar un buen verano. Sin embargo, en agosto las cosas cambian. En el mes de las vacaciones por excelencia, el turismo va a otra velocidad. Tanto el que viene de fuera, como el habitual turista interior, donde la gente de la propia isla se traslada de un pueblo hacia otro, terminan por saturar algunas localidades.
Caleta de Sebo quintuplica su población, Caleta Caballo la duplica y Caleta Famara la triplica en esta época del año
Caleta de Sebo, normalmente con unas 730 residentes en el pueblo, en esta época del verano, llega a quintuplicar su población. Este turismo llega de Gran Canaria, para asentarse, preferentemente, en Pedro Barba. Caleta Caballo, con unos 206 habitantes, duplica también su población, sobre todo con gente procedente de Tao, Mozaga, San Bartolomé, Muñique y Soo.
Caleta de Famara, un pueblo con unos 1.076 habitantes de normal, llega a triplicar su población en esta época, especialmente con gente que se traslada desde el pueblo de la Villa y desde Arrecife. Un pueblo pesquero con un encanto especial para muchos visitantes y residentes. Las calles de arena sin asfaltar, su ambiente surfero o las puertas y ventanas de las casas pintadas de azul, suelen llamar la atención de todo el que lo visita.
El Ayuntamiento de Haría calcula que los habitantes de sus pueblos costeros, Órzola, Punta Mujeres y Arrieta, se llega incluso a triplicar, llegando la población del municipio a unas 15.000 personas. Teniendo en cuenta que la población de Órzola suele ser de unos 305 habitantes, Punta Mujeres de unos 1223 y Arrieta de unos 977, se llega a percibir una diferencia abismal por estas fechas.
Cada uno de estos pueblos aumenta considerablemente su población. Pero, donde, sin duda, más se nota la masificación por estas fechas, es en Caleta de Sebo, principal núcleo poblacional de La Graciosa. Un lugar que sufre una tremenda aglomeración en verano y en el que apenas habita gente en otras épocas del año.
La afluencia de todas esas personas requiere, por parte de los ayuntamientos, un incremento de los costes destinados, especialmente, al aumento de vigilancia policial en las playas, de socorristas, de recogida de residuos urbanos y de limpieza.