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Precaución en las piscinas naturales: la confianza de los bañistas causa varias tragedias en Canarias

Foto: Archivo

Tres de las víctimas registradas ayer en las costas canarias, la mujer fallecida, el bañista aún desaparecido y su amigo rescatado, se encontraban bañándose en el mismo espacio acuático: una piscina natural. 

Precaución en las piscinas naturales: la confianza de los bañistas causa varias tragedias en Canarias

Tres de las víctimas registradas ayer en las costas canarias, la mujer fallecida, el bañista aún desaparecido y su amigo rescatado, se encontraban bañándose en el mismo espacio acuático: una piscina natural. 

En apenas tres meses, las Islas contabilizan cuatro ahogados en este tipo de espacios acuáticos, tres de ellos localizados en la isla de El Hierro, una de las víctimas un menor de 14 años. Casi todos, extranjeros. Toda esta información la traslada`Canarias, 1500 Km de Costa´, desde donde se detecta un preocupante incremento de siniestralidad en este tipo de espacios marinos.
 
El denominador común de los casos mortales y de los afectados: La imprudencia, ya que se habían introducido en el mar cuando hacerlo constituía un riesgo para sus vidas más que evidente.
 
Peligros y consejos
 
Desde 'Canarias, 1500 Km de Costa', explican que el principal peligro que se genera cuando un bañista decide acceder, con mal estado del mar, a una piscina natural, charco o poceta, es la subida del nivel del agua, unido a las fuertes corrientes. Este es el primero de  los cuatro errores que puede ser el desencadenante de un desenlace fatal.
 
El instinto de supervivencia le hará reaccionar con desesperación
 
Sin embargo, el bañista desconocedor del comportamiento de las mareas en este tipo de entornos acuáticos, se introduce, confiado y convencido que, estando dentro de su perímetro,  queda a salvo de las corrientes que observa unos metros más allá. Segundo error. Cuando la ola llega desde mar adentro hacia la costa, elevará el nivel del agua dentro del charco. Esa masa de agua impactará contra las rocas o paredes en tierra y, de nuevo, invertirá su marcha dirección tierra-mar, a gran velocidad, arrastrando todo lo que encuentre a su paso. En este supuesto, el bañista se verá empujado por esa inercia hacia mar abierto impactando, incontroladamente, contra rocas, callaos, muretes o vallas en el trayecto de salida. 
 
En muchos casos, producto de los múltiples y fuertes impactos que recibe, el bañista acaba perdiendo la conciencia  y  de forma, casi inmediata, se produce la muerte por sumersión. Si no llega a perder la conciencia y acaba en mar abierto, el distrés motivado por la situación límite que experimenta, lo llevará a entrar en pánico. El instinto de supervivencia le hará reaccionar con desesperación y nadará con todas sus fuerzas para alcanzar tierra. 
 
Sin embargo, la contracorriente impedirá que avance. La consecuencia es casi inmediata: quedará sin reserva física y, exhausto, perderá la capacidad de flotación, yéndose al fondo. Tercer error. Si nos vemos en un escenario como el descrito, la forma más segura de actuar para evitar mayores consecuencias o la pérdida de la vida por ahogamiento, es dejarse llevar por la corriente y alejarse del rompiente. Reservar todas las energías y agitar los brazos llamando la atención para que desde tierra puedan activar a los servicios de emergencia. Nunca intentar acceder a tierra por el mismo lugar de la costa por donde caíste o fuiste arrastrado.
 
La recomendación más efectiva, responsable y de sentido común es no tirarse al agua
Cuarto error: `El héroe equivocado´. Esta situación se produce cuando una persona en tierra observa a alguien en apuros en el agua.. Su decisión, reactiva, para evitar el ahogamiento del bañista, le impulsará a lanzarse al mar, ipso facto, con las `manos vacías´ e intentará nadar hasta el punto donde está la persona en peligro para rescatarlo.  
 
No es consciente que se dirige, indefectiblemente, a convertirse en la segunda víctima. Esta circunstancia fue la que se produjo ayer en el Charco del Palo, Tenerife, donde se busca al bañista desaparecido. Su amigo se lanzó a rescatarlo. La rápida intervención del helicóptero del GES evitó una muerte segura.
 
En la mayoría de los casos cuando se origina este escenario de extrema tensión y estrés, el improvisado rescatador casi nunca se percata de hacerse previamente con un elemento de flotación que le servirá para asegurar su flotabilidad y la del propio rescatado. Pero la recomendación más efectiva, responsable y de sentido común es no tirarse al agua, sobre todo cuando el mar está en mal estado. Lo propio es avisar inmediatamente al servicio único de emergencias 112. 

Cuatro fallecidos por ahogamiento en 48 horas

Cuatro fallecidos por ahogamiento, una bañista menor de edad en estado crítico y cinco heridos más de distinta consideración, es el  trágico balance registrado en apenas 48 horas en las costas canarias, según indica la plataforma para la prevención de accidentes acuáticos ´Canarias, 1500 Km de Costa´. Se trata, seguramente,  del fin de semana más trágico en muertes por sumersión acaecidas en el Archipiélago  en los últimos quince años. 

“En todos los casos, la imprudencia ha sido el denominador común, ya que los bañistas se habían introducido en el agua cuando era patente el fuerte oleaje, las corrientes y el viento, en medio de una alerta activada por el Gobierno de Canarias por fenómeno costero adverso, con olas de hasta cinco metros”, manifestó el promotor de esta plataforma, Sebastián Quintana, quien pide máxima precaución en la costa también para hoy, ya que se activa alerta naranja en Canarias por olas de hasta seis metros.

Precisamente, en el 80% de los accidentes acuáticos que acaban en muerte, el bañista se había introducido en el agua con un patente mal estado del mar. Es la primera causa de muerte por sumersión en todo el mundo. “Mayoritariamente, las víctimas mortales  implicadas en los incidentes del pasado fin de semana eran extranjeras, al menos en tres de los episodios mortales”, añadió, al tiempo que subrayó que “las costas canarias no son peligrosas”.  

“Disponemos de los mejores servicios de emergencias y salvamento del mundo, pero todo depende, al final,  de la responsabilidad y a conducta personal. El desconocimiento y una mínima cultura de la prevención conduce a cometer negligencias e imprudencias por pura inconsciencia”, señaló el periodista experto en prevención acuática. 

Los escenarios de los incidentes mortales  producidos el pasado fin de semana, fueron en las islas de El Hierro, Tenerife, Fuerteventura y La Gomera. Gran Canaria contabilizó un bañista, que sufrió lesiones de carácter moderado. 

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