TURISMO

La quiebra de Thomas Cook, un palo a las expectativas del turismo

Si se mantuviera esta merma a lo largo del año entrante, Lanzarote podría llegar a perder el 10% de las plazas aéreas, que hasta ahora venía gestionando Thomas Cook.

Lanzarote perderá 72.000 plazas aéreas sólo hasta el 31 de diciembre debido a la quiebra del tour operador Thomas Cook, siendo la segunda isla que se verá más afectada en el Archipiélago, después de Tenerife, por el colapso de este titán de los viajes. Si se mantuviera esta merma a lo largo del año entrante, Lanzarote podría llegar a perder el 10% de sus plazas aéreas, que hasta ahora gestionaba Thomas Cook. A no ser que otros operadores aumenten su oferta de vuelos y plazas y cubran ese nicho, que es lo que en buena medida esperan y donde van a concentrar sus esfuerzos el Gobierno de Canarias, los cabildos insulares y las patronales del sector.
 
Se espera una temporada de otoño e invierno larga y fría, y no se descarta que algún establecimiento alojativo de la isla se vea forzado a cerrar sus puertas temporalmente hasta reponerse del varapalo, al depender en exclusiva del flujo de turistas que le reportaba Thomas Cook. Otros se resentirán a medias. Thomas Cook opera o abandera casi una veintena de establecimientos en España de la cadena Sentido. También abandera numerosos hoteles de su cadena familiar SunConnect y de su línea más económica, Smartline. En el listado de los hoteles en España vinculados al grupo que ha quebrado se encuentran Aequora Lanzarote y H10 White Suites, de Sentido; H10 Beach Resort, de SunConnect; y Ficus, Lanzarote Palm, Pocillos Playa, de Smartline.
 
La fragilidad del sector es notoria, a pesar de los cantos a favor de la diversificación de la demanda
Thomas Cook venía operando 22 vuelos semanales con varias ciudades el Reino Unido y otros 12 vuelos semanales con ciudades alemanas a través de la compañía Cóndor, propiedad del tour operador que ha quebrado. A Lanzarote llegaron el año pasado 1.400.000 turistas procedentes del Reino Unido, lo que supuso exactamente la mitad de los visitantes extranjeros anuales. Estos ocuparon alguna de las 71.000 plazas alojativas regladas existentes, hoteleras y extrahoteleras, mientras otros se inclinaron por alguna de las 6.200 viviendas vacacionales que hay censadas en Lanzarote y La Graciosa, y que cuentan con más de 27.000 camas. No será fácil conseguir altas tasas de ocupación en las más de cien mil plazas disponibles, lo que arroja la friolera de dos plazas por cada tres residentes.
 
Todos mirábamos para Boris Johnson y comenzamos a sentir un poco de alivio cuando el Parlamento británico frenó la posibilidad de un Brexit duro, una ruptura sin acuerdo con la Unión Europea, y durante un instante llegamos a creer que a vida seguiría igual en la ya antiquísima relación turística entre el Reino Unido y Canarias. Y en eso llegó la quiebra de Thomas Cook, el operador turístico más antiguo del mundo. El carácter dependiente de la economía turística insular se pone de nuevo de relieve por cuanto el británico significa exactamente la mitad de la afluencia turística extranjera a la isla. La fragilidad del sector es notoria, a pesar de los cantos a favor de la diversificación de la demanda que se vienen escuchando desde hace decenios.
 
Con casi 180 años de vida a sus espaldas, a Thomas Cook se le atribuyen los avances registrados en el turismo moderno. Este turoperador y aerolínea operaba en 16 países, cuenta con 105 aviones y posee 200 hoteles y complejos hoteleros con su marca.