Top Secret, 26 de diciembre de 2018

Cien años de vida

La Fundación César Manrique presentó la imagen corporativa que presidirá los actos del centenario del nacimiento del artista conejero. Lo hizo con su sobriedad habitual. Y ha sido interpretado como deben interpretarse determinadas cosas. Siga leyendo...

El centenario

La Fundación César Manrique presentó la imagen corporativa que presidirá los actos del centenario del nacimiento del artista conejero. Lo hizo con su sobriedad habitual. Y ha sido interpretado como deben interpretarse determinadas cosas. Los periodistas, además de para contar cosas, estamos obligados a reflexionar sobre esas cosas. A contribuir a que se genere en la sociedad un espíritu crítico que, lejos de crecer, claramente va a menos. Probablemente tenga que ver en esto las prisas que nos han entrado para absolutamente todo. También para ejercer la crítica. La basamos sobre el titular, no ya sin reparar si refleja fielmente la noticia, sino que ni siquiera nos preocupamos si tras él se narra un hecho cierto. Tragamos mentiras con la naturalidad del que se bebe un vaso de agua cada mañana. Fíjense si nos dará vergüenza la cantidad de trolas que ingerimos que hasta le hemos cambiado el nombre: verdades alternativas, las llamamos ahora. O posverdad, en algún caso. Da la sensación que, de tan acostumbrados como estamos a los estragos de la crisis de 2008 en adelante, ejerzamos la crítica también en precario.

El periodista

El periodista de Canarias 7 Victoriano Suárez Álamo reflexionaba este domingo acerca del centenario de Manrique. Su vida, su obra y, acaso lo más cuestionado por determinados sectores de la política, su pensamiento, le convirtieron en uno de los grandes nombres de Canarias. Es probable que por esto último, además, sea abordado de manera insuficiente en los libros de texto. En cualquier otra sociedad ocurriría justamente al revés: el pensamiento crítico de Manrique, su postura ante el desarrollismo desaforado, su militancia medioambiental y cómo esta ha sido adoptada por todo un pueblo (o por casi todo), en fin, sería materia obligada de estudio en las escuelas. Suárez Álamo que, como no puede ser de otro modo entre los que acumulan más de dos dedos de frente, reconoce a la Fundación César Manrique como la que vela por el “legado y los principios” de César invita a la población a que abra bien los ojos “para distinguir el trigo de la paja”. Teme, el redactor, “porque ya se sabe que tener escrúpulos es algo que ya no se estila”, que aparezcan instituciones públicas disfrazadas de amigos de Manrique “cuando son sus mayores enemigos”.

La vida

La Fundación César Manrique ha elegido como eslogan para los actos del centenario “100 años de vida”. No es casual: César era un ser absolutamente vitalista y la institución que preside José Juan Ramírez y que dirige de manera más que eficaz Fernando Gómez Aguilera, vuelve a acertar en las formas y en el fondo. Pero además del homenaje al huracán animoso y positivo que fue César, en la frase aparecen otros significados. Acaso el más poderoso sea que las ideas y la actitud que Manrique defendió siguen hoy más vigentes que nunca. Digamos que la imagen corporativa lleva la firma de Alberto Corazón, que ya estuvo en los orígenes de la Fundación. Por cierto, que sobre la Fundación también reflexiona el periodista Suárez Álamo. Elogia su buen hacer “sin venderse al mejor postor y en solitario. Con la independencia que les otorga sus principios y el respaldo de la ciudadanía y sus visitantes. No hay que olvidar que esta Fundación es privada y no recibe, ni quiere, dinero público. Para eso ya están otras fundaciones, incluida una de recientemente creación también en Lanzarote y que da vergüenza ajena”. Una serie de frases que, como decíamos al principio, cumplen con otra de las tareas del periodismo: invitan al lector a reflexionar.

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