Duelo por Ibarra

El secretario general de los socialistas de Canarias, Ángel Víctor Torres, está triste, apesadumbrado, hasta un poco desmejorado, si se nos permite la licencia. ¿Qué tendrá el hombre? Pues tiene que le han cesado a Luis Ibarra, uno de los suyos (aunque él sostiene que un poco también es de aquí). Dice el alto dirigente de los socialistas canarios que “la sustitución de Luis Ibarra es un grave error, provocado por intereses partidistas, en donde no ha primado el interés general”. Y lo ha dicho en un entorno muy emotivo: quiso visitar con él el lugar donde ha estado trabajando, y para el que ha estado trabajando, estos últimos años: el puerto de Las Palmas (de Gran Canaria). “Se trata”, resaltó Ángel Víctor Torres, “de una gran gestor que ha dado un gran impulso a un sector tan estratégico como el puerto (de Las Palmas de Gran Canaria, añadimos nosotros), tal y como han destacado los sectores económicos y sindicales ( de Gran Canaria, insistimos)”.  Sobre estas cuestiones convendría analizar un par de puntos. El primero, el de los intereses partidistas a los que dice Torres que obedece la sustitución. Con respecto a esto cabría recordar que los nombramientos obedecen, exactamente, a los mismos intereses: al de los partidos que deben designar personas para ocupar los cargos públicos que les han encomendado. Todo en el terreno de juego de los partidos políticos obedece a intereses partidistas. 

 

Gran Canaria, los socialistas de Gran Canaria, están muy dolidos con la caída de Ibarra. Y este, a su vez, también debe andar de bajona. Sólo así se entiende que su secretario general ya le haya prometido una golosina para que no llore más: “Contar con Luis Ibarra en las filas del PSOE es una suerte y seguro que esta historia tendrá una segunda parte en un futuro cercano”. Naturalmente, el ex presidente de la Autoridad Portuaria de Gran Canaria (¿queda alguna duda a estas alturas?) también se dirigió a los seis miembros restantes del autohomenaje en el puerto (de Las Palmas de Gran Canaria) mostrando su deseo de que no queden paralizados importantes proyectos que aún tiene pendiente el puerto (de Las Palmas de Gran Canaria, se entiende) , entre los que resaltó la recuperación de la pesca fresca así como consolidar al puerto de Las Palmas (de Gran Canaria, of course) como el hub para el grano que viene de Sudamérica hacia África. Sobredosis de azúcar canarión para despedir al peor presidente de la Autoridad Portuaria que ha tenido Lanzarote (y Fuerteventura), dos islas, con sus puertos, a los que poco se ha referido Ibarra y a los que esperamos que tenga en mayor consideración tanto su sustituto, Juan José Cardona, como el propio Ángel Víctor Torres obligado por su cargo a repartir cariño, por igual, a las ocho islas habitadas.

 

La alcaldesa de San Bartolomé y portavoz de los socialistas canarios en el Parlamento, Loli Corujo, ha salido al paso de lo que publicábamos en este Top Secret esta misma semana y, a través de una nota de prensa, ha exigido a AENA “una solución urgente para el estacionamiento gratuito de los vehículos de los trabajadores del aeropuerto”. Frente a los políticos que hacen la ola y defienden fervorosamente a todo lo que huela a Madrid (senador, no tienes por qué darte por aludido, si no quieres), Corujo tacha una vez más a AENA de “falta de sensibilidad” por el hecho de que la empresa no afronte este servicio dirigido a los trabajadores y trabajadoras del aeropuerto, instando también a que esta medida se instaure en todos los aeropuertos regionales. Y no diferencia entre los trabajadores propios del organismo de aquellos subcontratados de otras empresas a los que algunos políticos a los que les duele más Madrid que su propia gente, les pide que sean ellas, estas empresas, las que apechuguen con el parking. La cuestión es que AENA acabe cobrando. Pero cobrando en euros, no en palizas judiciales que, una y otra vez, le han ido cayendo tras las denuncias del Ayuntamiento de San Bartolomé por distintas causas: desde hacerse los locos por no querer pagar la basura a no liquidar tasas por obras, precisamente, del aparcamiento, entre otras cosas.