Top Secret, 25 de enero de 2018

El Instituto de Haría

El Instituto de Haría
La última vergüenza de los procedimientos de contratación pública la está sufriendo el largamente esperado nuevo IES de Haría. ¿Qué ha ocurrido? Pasen y sospechen…perdón, lean: Veintiséis de noviembre de 2016. La prensa se hace eco de la adjudicación de la obra del IES de Haría: “La Consejería de Educación del Gobierno de Canarias ha adjudicado la obra de construcción del nuevo Instituto de Enseñanza Secundaria de Haría a la empresa Comsa S.A. por 4.478.016 euros. La cifra supone una rebaja de 2,5 millones de euros sobre el presupuesto estimado, ya que la obra salió a concurso por 6.950.255€.” La realidad a enero de 2018: la empresa presenta fleje de modificaciones de proyecto. Un ejemplo de modificación: la calidad del pladur que divide estancias. Es decir, la empresa que opta a ganar un concurso como ese escribe sobre el papel una calidad de materiales inferior a la que luego piensa poner en la obra física. Así el presupuesto inicial es tan bajo que permite al Gobierno “ahorrarse” 2’5 millones de euros y a ellos ganar un concurso. Al final resulta que si se acepta esta llamativa cantidad de modificaciones del proyecto, el Gobierno no se ahorra tanto, la empresa gana más y al resto de aspirantes al concurso de construcción del IES de Haría se les queda cara de tontos. Si no se aceptan estas modificaciones, hay que regresar al punto de partida. Si se da el okey y nadie impugna nada, un retrasillo de algunas semanas hasta que el Gobierno asienta. Si otras empresas aspirantes se dan cuenta de la “trampilla” ¿legal?, igual plantean alguna queja, recurso o similar y la hemos liado.
 
Las contrataciones
El Gobierno de Canarias tiene técnicos. Esos técnicos, que saben de qué va el tema, creen que un Instituto digno para una población como Haría costaría en torno a los siete millones de euros. Y presupuestan esa pasta. Llegan las empresas y, de entre todas, una dice que de siete nada, que ellos con cuatro y medio lo hacen. Y queda perfecto. No es una baja temeraria (figura que anularía la oferta) y la mesa de contratación da el OK a los que dicen que con 4’5 millones son capaces de hacer un Instituto que los técnicos del Gobierno consideraban que necesitaba 7 millones de euros. Así son las contrataciones que se fijan sólo en la pasta y en nada más. Y así son los Gobiernos que no sospechan de nada. Para eso ya estamos el conjunto de la ciudadanía que sí que sospechamos, y mucho. Y que en no pocas ocasiones hemos acertado en las sospechas. Y sin ser técnicos en nada. Con la adjudicación del colegio La Destila ocurrió parecido. El Gobierno había presupuestado 4’7 millones de euros para hacer el cole. Vino una empresa y dijo que ellos eran capaces de alzarlo por 3,1. Ahorraban 1’6 millones de euros al Gobierno. La empresa se llama Satocan. Si les suena es porque una de nombre muy, pero que muy parecido,  pretende erigir molinos eólicos en una zona donde ni el ayuntamiento de Tías ni el Cabildo quieren. Pero que ha conseguido que el Gobierno de Canarias pase por encima de estas instituciones y se empeñe en sacarlos adelante aunque sea por la vía de la expropiación de terrenos. El mundo es un pañuelo
 
Contratación responsable
Lo dijimos antes: en la contratación pública prima lo económico. Tengo tanto, si lo haces por menos para ti. Podríamos extendernos en muchos matices, pero les vamos a recomendar (especialmente a quienes tienen que tomar decisiones) que se lean el artículo de Alba Giner publicado en elsaltodiario.com y que pueden consultar clicando aquí. Lleva por título “¿Qué es la contratación pública responsable y por qué debería importarme?”. Giner afirma lo que ya otra mucha gente sostiene “El aumento de los procedimientos de contratación pública hace necesario un mayor seguimiento de las adjudicaciones y su ejecución, así como velar por unas condiciones de contratación que no prioricen el abaratamiento de costes sino los intereses sociales y el bien común, el bienestar de las personas y el cuidado por el entorno.”El caso del IES Haría no es exclusivo, ni desgraciadamente raro. Sin salir de la isla y pocas semanas atrás encontramos el del campo de fútbol de Costa Teguise víctima también de una empresa “que hizo mal las cuentas”, vamos a ser benévolos por hoy. Veremos qué dice el Gobierno de Canarias de la empresa que ‘se equivocó’ calculando el precio del metro cuadrado de pladur de calidad. Si se lo da por bueno y, sobretodo,… por qué.

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