Google paga

Poco a poco, día a día, este país legisla para parecerse cada vez a un Estado moderno  y dotando de contenido real las palabras ‘social y democrático de derecho’. El Proyecto de Ley del Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales o Tasa Google va en esa dirección. Tras ser rechazadas las enmiendas de devolución del Proyecto de Ley presentadas por PP, Vox y Ciudadanos, comenzó su tramitación en el Congreso de los Diputados y se espera que los gigantes de Internet paguen impuestos a partir de principios del año que viene.  
 
Los modelos de negocio digitales se basan en gran medida en las actividades a distancia, incluso transfronterizas, con escasa o nula presencia física. Ello provoca una desconexión entre el lugar donde se genera el valor y el lugar donde las empresas tributan. De ahí la necesidad de buscar nuevas fórmulas para gravar los beneficios generados por la digitalización de la economía. La Tasa Google propone un tipo impositivo del 3% para actividades del mundo digital y gravará tres tipos de actividades: la publicidad online, la intermediación entre empresas y particulares y la venta de datos de usuarios. 
 
La propuesta del Gobierno es que las empresas que ofrezcan alguno de estos servicios paguen el impuesto en los países donde operan, en este caso España. Sin embargo, sólo pagarán el impuesto las empresas con un volumen de negocio al menos de 750 millones de euros a escala mundial y tres millones en España. Este impuesto permitiría recaudar cerca de mil millones de euros al año. La Tasa Google también es conocida como la Tasa GAFA (Google, Amazón, Facebook, Apple) y no le gusta a Trump, ya que las principales empresas mundiales que se ajustan al perfil son casi en su totalidad norteamericanas. Y si no le gusta a Trump debe ser buena para Europa, eso seguro.

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