Top Secret, 14 de mayo de 2018

Isla sin Ley

Isla sin Ley
¿Puede un “cualquiera” parar el tráfico para permitir el paso de sus colegas motoristas? Es la pregunta que nos hace un ciudadano que nos envía la foto que encabeza esta sección. ¿Dónde fue eso? Según la nota que acompaña al envío, sucedió ayer domingo cerca del mediodía y en la rotonda de la Fundación César Manrique. Nuestro comunicante, y muchos coches más, iba en dirección Arrecife-Tahíche y otros cuantos automovilistas hacían el trayecto contrario cuando, de repente, aparecen un par de personas en moto, con chalecos reflectantes y paran el tráfico en esa rotonda en los dos sentidos. ¿El motivo? Dejar pasar a sus amigos moteros que venían de la carretera de Zonzamas y tiraban hacia Costa Teguise. Unos cuantos eran. Lo cierto, cuenta el comunicante, es que los pacientes automovilistas flipaban en colores al ver cómo una persona con chaleco reflectante se pone en medio de la carretera, de dos carriles por sentido, y mano en alto manda parar a todo el mundo para que pasaran los moteros que, dicho sea de paso y como todo el mundo sabe, son unos seres respetuosos con las normas de tráfico, sobre todo las que hacen referencia a los límites de velocidad y en el trazado de curvas. Los de ayer, además, “libraban” de cumplir con cedas el paso y stops.
 
No aprendemos
Sábado. Día fuerte para Haría, con el mercadillo de artesanos y agricultores insulares del que presumen en el norte, y con razón. También sacan pecho por los turistas que, cada día más, se unen a recorrer el pago norteño. Pero, ¿qué pasó este sábado? Según nos informan, varios, además, parece que la carretera de Trujillo, la que une Arrieta con Haría, está cerrada por obras. ¿Entera? Entera. Pero... ¿Entera, entera? Sí, del todo. ¿Y eso? Pues eso es lo que se pregunta media isla y carretadas de guiris que trataban de llegar a media mañana del sábado hasta la capital del municipio norteño y eran invitados a seguir la ruta más al norte para llegar a Haría por Máguez. La gente de esa zona está viviendo un calvario estas últimas semanas, nos cuentan. Cuando no está cerrada una carretera lo está la otra. Y ahora, nada menos que la principa l.Nosotros no somos ingenieros pero tampoco hace falta serlo para mandar hacer las cosas de otra manera. O a otra hora. Ejemplos los hay en todas partes y hasta en vías de mayor tráfico. Dicho queda, que es lo que nos pedían que hiciéramos: expresar la indignación de unos vecinos no siempre bien tratados y de unos visitantes, directamente ignorados. Con la de pasta que parece que hay para volver a los hoteles “cosas” inteligentes y lo mal repartida que está. Visto lo visto.
 
El pabellón sigue igual
Nos consta que la cuestión está ya en el Ayuntamiento de Haría. Es decir, que la preocupación ha llegado ya a donde tenía que llegar. Falta ahora que se resuelva lo que se tiene que resolver. Este sábado hubo doble partido de baloncesto, en simultáneo, en el Pabellón de Haría. Se juega “a lo ancho” un partido en cada una de las mitades de la cancha. Resulta que, entre otras deficiencias, el piso de la instalación deportiva está fatal. En algunos puntos hasta parcheado con cinta para que no vaya a peor. Los partidos eran de carácter amistoso porque competición, en esas condiciones, no se puede jugar. Una imagen que Haría no se merece y que el Ayuntamiento tiene en su mano resolver. Nos soplan que están intentando ahorrarse unas perrillas de lo inicialmente propuesto (a costa imaginamos de la calidad de los materiales). El teniente de alcalde, José Pérez Dorta, se ofreció a garantizar que esa instalación deportiva reciba el mismo buen trato que el campo de fútbol o el terrero de lucha, máxime cuando el crecimiento del club de baloncesto es notorio. El propio alcalde de Haría, por recordar, fue presidente de ese club durante un tiempo y disfruta de este deporte.

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