Nacionalismo vintage

Tomás Padrón, uno de los fundadores del moderno nacionalismo en Canarias, ha convocado a los veteranos de Coalición Canaria (CC) este sábado en El Hierro. Propone abrir una reflexión entre quienes están en el partido desde sus inicios, allá por los 90 de siglo pasado. Es una cumbre informal del nacionalismo vintage, sector dinosaurios de piel gruesa. El trasfondo es la reunificación del nacionalismo, de corte transversal, donde la pertenencia prime sobre las ideologías. Manuel Hermoso, Juan Manuel García Ramos, José Carlos Mauricio, Paulino Rivero, Castro Cordobés, Ricardo Melchior, no sabemos si Dimas Martín, si es que lo dejan salir del talego… 
 
Un selecto elenco está llamado a mantener viva la llama de la esperanza para tocar poder de nuevo y rapidito, antes de que las filas se desaprieten y cojan rumbo hacia otros echaderos partidistas. Román Rodríguez y Nueva Canarias (NC) ya han contestado a la invitación: no, gracias. Quizá tenga Román fresca aún la clavada que le metió ATI en 2003… Los demás, por un estilo: ni sí ni no, pero más bien discúlpame, Tomás, pero ya tengo compromisos que atender. Una pena, porque los ausentes se van a perder abrazos, risas, recordatorio de anécdotas, un agasajo de primera y, con suerte, una sesión de botox y una buena dosis de testosterona. 
 
En la previa, y rápidamente, Juan Manuel García Ramos ya había puesto sobre la mesa sus siglas, la del Partido Nacionalista Canario (PNC), a ver si se apuntan de una vez. De paso, hizo una suma mental y cayó en la cuenta de que los diputados regionales de CC más los de NC suman 25. Con los del Partido Popular (PP) darían para gobernar en Canarias con mayoría absoluta, con Román de presidente y Australia Navarro de segunda. Román, de nuevo, declinó la celada. El regusto de estos nacionalistas por la derecha comienza a ser patológico, sobre todo cuando se asegura que esta alianza “defendería mejor los intereses generales de Canarias”.

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