Top Secret, 3 de enero de 2019

Pedro el Cruel

Foto: Archivo

El nombrete de Pedro El Cruel ya está pillado. Lo tiene Pedro I de Castilla, un tipo despiadado con quienes amenazaban su poder. Así que Pedro Sánchez tendrá que adoptar otro apelativo. ¿Alguna sugerencia? Siga leyendo...

 

Pedro El Cruel

El nombrete de Pedro el Cruel ya está pillado. Lo tiene Pedro I de Castilla, un tipo despiadado con quienes amenazaban su poder. Así que Pedro Sánchez tendrá que adoptar otro apelativo. ¿Alguna sugerencia? Pedro I de Castilla murió en 1369, en uno de los episodios más dramáticos de la historia de la España medieval: asesinado en la tienda de un campamento militar por su propio hermano, Enrique, que se alzó así con el trono de Castilla al término de una cruenta guerra civil. Pero Enrique de Trastámara no sólo acabó con la vida de su rival; también lo condenó ante la historia. Para justificar la muerte violenta del rey, se dijo que don Pedro había sido un tirano y se ordenó escribir una crónica en la que aparece como un personaje vengativo, avaricioso y hasta paranoico. Así nació la imagen de Pedro 'el Cruel', según cuenta National Geographic, que suele ser bastante riguroso. Y que además contrasta las cosas ya que, prosigue narrando, hay quienes, por el contrario, piensan que el autor de la crónica mintió o manipuló la verdad, que don Pedro defendió a los débiles y castigó a los nobles y que fue un buen monarca traicionado por los suyos. Así que se refieren a este soberano como 'el Justiciero'. Y, claro, hay una notable diferencia entre ser Cruel o ser Justiciero. Básicamente para la reputación de uno mismo, ya que el destino de las víctimas de sus políticas ya sea por crueldad, ya por justicia, era el mismo: el hoyo.

El escribano

Es importante quien escriba la historia, ya ven. Por ejemplo, si el paso de los presidentes del Gobierno en España la escribiera la Asociación Unificada de la Guardia Civil, AUGC, nos encontraríamos con que los presidentes del gobierno socialistas de España son unos crueles y unos desalmados, mientras que los que ha aportado el PP ya son otra cosa más amable, aunque sea por omisión. O eso o es que esta gente le tiene manía a Lanzarote y quiere hundirnos en la miseria. De otro modo no acaba de comprenderse por qué cada vez que Zapatero está en la isla (donde tiene una residencia) o ahora que Pedro Sánchez ha pasado unos días, saltan con lo incómodo que resulta ser escolta en Lanzarote. Que si frío, que si dietas, que si no hay baño, que si no les relevan... Y, claro, en estos tiempos de profundos debates en las redes sociales, se pinta a Sánchez, como a Zapatero, de presidentes desalmados a los que no les importa nada que un semejante padezca lo que no está en los escritos por esa manía suya que tienen, y que comparten muchos españoles, guardias civiles incluidos, de tomarse algunos días libres.

Revisar condiciones

Y puede que no toda la culpa la tengan Zapatero por comprarse una casa sin las habitaciones suficientes para alojar escoltas, mucho menos Pedro Sánchez que se queda en un inmueble propiedad de Patrimonio Nacional (y que igual sí debería estar preparado para estas, llamémosles, contingencias). De repente la condiciones laborales de los miembros del Instituto Armado deberían revisarse con su patronal, que ya saben cual es. Y dejar clarinete que la culpa no es tanto del presidente de turno (que ya hemos dicho que casi siempre es socialista) cuanto de los representantes que hasta ahora han estado al mando político de unos años acá. ¡Y menos mal que les da por venirse de vacaciones a Lanzarote, lugar de suave invierno, como todo el mundo sabe! A saber cómo se las arreglarían para montar guardia en las puertas de una cabaña en Baqueira Beret o en cualquier paraje de la Castilla profunda donde habitó, en el siglo XIV, aquel Pedro al que llamaban Cruel y no porque se le constipara su escolta, precisamente. A renegociar condiciones se ha dicho.

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