Se nos da bien

Se nos da bien

Se nos da bien manosear y pisotear la imagen, o la memoria, de las personas a las que, paradójicamente,  pretendemos homenajear. Ya pasó con César Manrique y desde entonces no hemos parado. El último lío  que nos estamos haciendo tratando de honrar a personas que merecen ser honradas por las instituciones (y que ya debieran estarlo), tiene como protagonistas a Luis Morales y Antonio Álvarez, los dos que faltan del quinteto al que nos dio por llamar “Los cinco magníficos”. Junto a los tres restantes, César Manrique, Pepín Ramírez y Jesús Soto, considerados los artífices del Lanzarote que se abrió al mundo y atrajo su atención en forma de turismo y reconocimiento. Manrique, Ramírez y Soto ya son Hijos Predilectos, los dos primeros, y Adoptivo el último. No sin polémicas políticas, naturalmente. Al mismísimo César fuimos incapaces de reconocerlo en vida, por los egos y las miserias de los políticos de la época, y le concedimos la distinción en el 95, a título póstumo. Desde entonces, Lanzarote ha pasado por muchas vergüenzas, sí, pero aquella fue una de las más grandes que se recuerdan. Luego vendría otra, también por parte del Cabildo, cuando Francisco Cabrera, entonces consejero de Cultura y hoy candidato al Congreso de los Diputados por el PP, encargó el vídeo más obsceno, por agresivo, que se haya hecho sobre el legado de Manrique.  Por cierto que dice que su trayectoria política le avala para lo que pretende. Ni se acuerda de lo del petróleo.

Paquete oferta

De Cabrera, en todo caso, nos ocuparemos otro día. Que tampoco merece mucho nuestra atención, pero en fin… que vaya dos perlas quiere mandar el PP conejero a Madrid. Estábamos con lo de los reconocimientos. Resulta que se planteó en el Cabildo, por parte de la oposición, que Antonio Álvarez fuera designado Hijo Adoptivo y Luis Morales Hijo Predilecto. Y, en efecto, hay acuerdo para que así sea. Sin embargo, hubo contra propuesta por parte del Gobierno, que planteó declarar igualmente hijos adoptivos a Liz y Larry Yaskiel y a Kenneth Gasque. Y a otra persona cuyo nombre no ha trascendido. Y mejor para él, o para ella, que ya ven con qué facilidad manoseamos aquí a quien queremos premiar. Parece obvio que en una hipotética balanza de méritos los citados darían el peso. Como también es evidente que unos más que otros. Y si todos reunieran méritos suficientes para empadronarse en los Honores y Distinciones, tampoco pasa nada porque sea en días distintos. O no. Fíjense en el Cabildo de Gran Canaria: el mismo día designaron hijos predilectos al sindicalista Salvador García Carrillo y a los ecologistas Luis García Correa y Servando López y como hijos adoptivos al exjugador del Herbalife de baloncesto, Sitapha Savané, al artista César Manrique y al escritor Antonio Lozano, en los dos últimos casos a título póstumo. La báscula de medir méritos estaría rota.

El diálogo

El problema de Lanzarote no es de ahora, siendo lo de ahora de calado. Antes dijimos que hace veinticinco años ya la liábamos tratando de rendir homenajes. Desde entonces a hoy lo hemos repetido alguna que otra vez más. Se podría decir que pocos hijos adoptivos o predilectos de Lanzarote han salido sin ninguna mancha de barro en el traje.  Más suerte han tenido las mujeres. A ninguna la han echado al lodo, sencillamente porque Lanzarote, que seamos capaces de recordar, carece de hijas adoptivas o predilectas. Eso sí, dejémoslo escrito por si no tenemos otra ocasión, que el mandato se termina. La actual oposición, que tanto se duele y lamenta por todo lo que le está pasando, tuvo una inmensa oportunidad de ser gobierno y llevar ellos adelante, ahora y desde hace meses, lo que les saliera de los honores (y distinciones). E igual alguno (más de uno) seguiría teniendo partido y, quién sabe, si incluso con liderato reforzado. Nada, a seguir.