Top Secret, 10 de julio de 2020

Sin sitio

Sin sitio

El Gobierno de Canarias flexibilizó este jueves las restricciones del límite de aforo para eventos bajo techo y al aire libre. A nosotros nos da un poco igual ya que no tenemos ni una cosa ni la otra hasta octubre, mínimo. Y, además, bajo techo, no cabríamos. El Consejo de Gobierno aprobó en su sesión de este jueves, 8 de julio, actualizar determinadas medidas para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la COVID-19, que son las consistentes en la ampliación del aforo máximo con motivo de la celebración de actividades o eventos al aire libre y en recintos cerrados. Los aforos aumentan hasta los 1.300 y 500 asistentes, respectivamente. Pese a que no nos afecte directamente, porque aquí cultura, eventos, espectáculos y todas estas cosas siguen en cuarentena por decisión gubernativa, es interesante reflexionar acerca de uno de los baremos: el de eventos bajo techo. Básicamente para darnos cuenta de una -otra- de las miserias de una isla maltratada por los sucesivos gobiernos que Canarias ha tenido en los últimos años.

Aforo

Dice el Gobierno que permitirá la asistencia de hasta 500 personas en eventos bajo techo únicamente cuando se puedan garantizar las medidas necesarias para mantener, en todo momento, la distancia de seguridad interpersonal de 1,5 metros entre núcleos de convivencia y el uso obligatorio de mascarilla por parte del público. O sea, 500 personas dejando hueco entre una y otra o entre parejas o grupos de la misma familia y los demás. Así que, para permitir 500 personas, el aforo real del teatro, auditorio, cine o lo que sea, ha de ser como de 1.000 personas más o menos. En números redondos, vamos. Con lo que Lanzarote no reunirá nunca 500 personas en un acto bajo techo, sencillamente, porque carecemos de infraestructura con esas capacidades. Ni lo hemos pedido con suficiente interés, ni nos lo han dado sin pedirlo, ni parece que nos ponga demasiado eso de tener un edificio singular -o no- que haga las veces de auditorio, palacio de congresos, recinto ferial -techado- o similar.

Olvidados

En efecto, tampoco eso. Vayan sumando: ni vivienda pública, ni carreteras, ni infraestructura de ocio o cultura, ni institutos o colegios en tiempo y forma, ni centros de salud cuando y donde se requieren, ni…Carretadas y carretadas de parlamentarios, consejeras y consejeros, viceconsejeros y viceconsejeras y directores generales. De todo, y de todos los colores políticos, hemos tenido en los últimos, pongamos, 25 años. El resultado no puede ser más desolador. Un cuarto de siglo, de los de mayor bonanza económica en la historia de Canarias, directamente tirado por la borda. El bla, bla y más bla de políticos defendiendo a Lanzarote lo hemos tenido en estos cinco lustros a primera hora de la mañana, a mediodía y, en menor medida, por la tarde-noche también. Aprovechando la coyuntura digamos que los males que nos acechan son difícilmente achacables a los inmigrantes en patera. Quizá deberíamos revisar más detenidamente qué (no) hemos hecho durante tanto tiempo. Y por qué.

Comentarios