Opinión

Privatizar el mercado

Desconozco las razones que conducen a un ayuntamiento, como en este caso el de Arrecife, a pretender privatizar un servicio. Se trata  del mercado que se celebra cada sábado en la Plaza de la Iglesia. Se apela a un informe técnico del que ignoro cuánto de técnico y cómo de cualificado, de un trabajador municipal ex-mandamás del PSOE, que llegó a detentar el control del partido y cuyo mérito fue arrastrarlo al abismo sin que sepamos cómo se permitió que se alcanzara esas cotas de irrealidad.  

 

Desconozco el origen de la iniciativa de la privatización ni las razones, aunque no creo que una de ellas sea que causa  pérdidas económicas al ayuntamiento pues lo más probable es que sea todo lo contrario, pues sacar una empresa ruinosa para que la gestione un tercero, pocos candidatos tendrá. Podría ser que una razón es que provoque estrés cada semana a algún trabajador municipal y, por tanto, haya decidido que corra la bola de la privatización para que así alguien cercano se estrese, pero que lo haga con su propia empresa y cobrando los peajes que se le antojen.

 

Resulta sorprendente que sea ahora, cuando está consolidado, el momento de quitársela de encima, justo cuando funciona solo. Muy curioso. Un mercado que se vende sin publicidad y ni la necesita, y que lo menos que demanda es de iniciativas privadas gestionándolo para hacer su negocio.

 

Si todo lo que exige de la tutela municipal lo hacemos a un lado, pasará como con otras tantas cosas. Vaya como ejemplo la atención al arbolado y ajardinamiento de la ciudad de los que una empresa privada hace lo que quiere, como quiere y cuando quiere. Sin el ojo del amo encima se pierde el control, y ya sabemos que el ayuntamiento está obligado a no perderlos de vista. En el caso de las zonas verdes, quedar bajo la responsabilidad del concejal  del área es como no tener a nadie, pues la falta de competencia es notoria.

 

En la plaza de la iglesia interpreto que alguien viene observando que los puestos pagan su cuota y nadie les fija los precios, de hecho, siendo un mercado de productos de cercanía debería tenerlos algo más ajustados que los supermercados pero no es así. De los mercadillos, que también serían objeto de esta medida, ni opino. Cada sábado una empresa subcontratada instala las carpas y el ayuntamiento paga el servicio de alquiler y montaje. Si hacemos números, ya les gustaría a algunos poder optar a la concesión donde, además de instalar las carpas cada sábado, pueden establecer el canon que les parezca, y al que no interese, pues hay lista de espera para acceder a un puesto. El argumento para sustentar aquello con lo que especulo sería la de que, dado que los precios de los productos carecen de control, el concesionario podría tener la tentación de pedir subidas abusivas por asignar un puesto, con la justificación de que se lo puede cargar al producto, y si no se aviene ya llegará otro detrás que esté dispuesto a la componenda y a ocupar la vacante. Conocemos casos de autenticas subastas entre interesados por hacerse un puesto en determinados mercados. Claro, todo esto se va a reflejar en el precio final del producto de cada vendedor.

 

Privatizamos la recogida de la basura y la limpieza, hemos hecho lo mismo con las zonas verdes que no tienen un pase a pesar del elevadísimo coste que nos supone y que, además, ni crean puestos de trabajo porque lo hacen con limitado personal. Privatizamos el subsuelo del Parque Islas Canarias para que unos avezados empresarios hagan negocio y hayan tenido el parque como una cochambre. Una vez privatizados determinados servicios nadie les marca los tiempos ni las condiciones aunque exista un contrato. Nadie exige el cumplimiento de lo acordado. Ni los anteriores alcaldes ni la actual alcaldesa han estado atentos, y esta última lo está más a sus intervenciones en el parlamento para hacerse la ofendida, o para manejar con mano dura el partido, pero no parece estar para garantizar que no meten la mano al figurado bolsillo de todo un pueblo que alimenta a este monstruo municipal con sus impuestos.

 

Por qué no privatizamos todo este jodido ayuntamiento es la pregunta que tendríamos que responder, porque con la gestión que viene haciendo con el suelo del municipio nos saldría más barato.

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