Vito Quiles humilla a Canarias, con el beneplácito de la mayoría

Bandera canaria en Tinajo, municipio de Lanzarote

En shock ando desde ayer, como si estuviera siendo presa de la más horrible de las distopías. Lo estoy desde que, pasadas unas horas, me senté a analizar lo que ocurrió en la Universidad con el agitador ultra y la actuación de la policía, y me di cuenta de lo que había pasado. 
El mundo al revés, era la frase que se escuchaba. Para empezar porque el agitador de ultraderecha no tenía permiso del Rector, ni la concentración estaba comunicada, y además se sabía, o al menos se intuía, que iba a proferir proclamas contrarias a los derechos humanos y al orden público, lo que desde hace un tiempo está tipificado en nuestro Código Penal como delito de odio. En el otro lado estábamos nosotros, y cuando digo nosotros digo sobre todo estudiantes, incluyéndome también yo como activista. La mayoría eran jóvenes de no más de veintipocos años, entre ellos muchas chicas adolescentes empezando a vivir. El mensaje, claramente pacifista, contra el fascismo sí, pero a la vez a favor de las minorías marginadas, de las personas que cruzan el océano jugándose la vida, de los pueblos masacrados, de los parados, de las mujeres violentadas, y así un largo etcétera de causa justas. 

Una concentración, la nuestra, que por cierto sí estaba legalmente comunicada y por tanto autorizada. Pues bien, con estos antecedentes, lo que nos encontramos nada más llegar fue un amplio despliegue policial para encerrarnos literalmente en un parking amurallado y acotado, al que además le pusieron vallas metálicas y de plástico para que no saliéramos ni por delante ni por atrás, con una veintena de policías fuertemente armados vigilándonos muy de cerca por si se nos ocurría hacer algo. Mientras, al otro lado, los amigos de la banderita de España secuestrada por el fascismo campaban sonrientes y ufanos por el campus sin mayor control o restricción. 

Pero si esto ya era fuerte, peor fue lo que vino después, cuando apareció por allí la figura mediática que algunos esperaban, escoltado y a hombros de los paramilitares de desokupa, portando una bandera de España y otra de Canarias anudadas al cuerpo. Y esto, lo de la bandera de Canarias, no es detalle pequeño. Lo que venía a decir el señor Quiles con su bandera de Canarias sumada al espectáculo, es que Canarias se humilla ante España como súbditos de la Corte que somos. ¿O acaso se atrevió don Vito a llevar la bandera de Navarra cuando fue a Pamplona a dar una charla? ¿Se atreve acaso a llevar la senyera de Cataluña junto con la de España, o la ikurriña del País Vasco cuando se da una vuelta por esas comunidades? ¿Verdad que no? Pero en Canarias sí lo hace, para demostrar al mundo que seguimos siendo una colonia humillada y sumisa a la metrópoli. ¿Por qué lo hizo? Porque sabía que podía hacerlo, porque sabe que Canarias nunca se rebela. Pero sí, ayer sí se rebeló una pequeña parte de los que estábamos allí encerrados, negándonos a permanecer así por más tiempo. Entonces llegaron las cargas policiales, las porras repartiendo, la violencia y la represión. 

Por aquel entonces la sonrisa de satisfacción del jovencito neofacista no le cabía ya en la cara. Y como no había tenido suficiente, insistió para acudir a donde estábamos a provocar un poco más con su discurso de odio. No obtuvo el permiso que pretendía y lo que hizo fue subirse a hombros de su guardia pretoriana y decirle a sus acólitos que allí había, señalando hacia nuestro grupo de forma despreciativa y burlona, que nosotros somos los de la flotilla de Palestina, los que apoyamos a los ocupas y a los inmigrantes que vienen en patera a invadirnos. Y este es el nivel, este es el nivel de putrefacción moral de este movimiento neofascista que sigue tanta gente en España y apoya la Policía, la Guardia Civil, los ejércitos, la Iglesia y muchos medios de comunicación. Entiendan bien lo que estaba diciendo este chico: que defender al pueblo de Palestina de un genocidio que ha matado ya a 20.000 niños es algo malo y criticable, que defender el derecho a la vivienda y un trato justo a los que se ven en la calle también es malo, o que pedir un trato más humano y solidario para los que se juegan la vida en el mar y ni se sabe la de muertos que entierran esas aguas también está mal. ¡Y que haya gente que aplauda esto! En serio, deberían ustedes, señores y señoras, jóvenes y no tan jóvenes, todos los que se dicen de esa ultraderecha, hacérselo mirar, a ver si dentro tienen un corazón o lo que hay es una caja registradora. 

Y el acto acabó con el vergonzante señor Rector asomando por  allí para ser increpado por uno y otro bando, cuando intentaba arreglar el bochorno y la humillación a Canarias y a la Universidad que él y sobre todo él había permitido. Aunque puestos a buscar culpables también tendríamos que apuntar al Subdelegado del Gobierno, al Delegado, al presidente Clavijo, al Vicepresidente, a todos los del PSOE de Canarias, al Ministro Marlaska, al Consejero de Educación y Universidades, a la Ministra del ramo y suma y sigue, pero de todos estos nada se esperaba, y acaso algunos sí del señor Rector. 

Y así están las cosas por la colonia, humillación a Canarias sin precedentes, una más. Después del shock en el que todavía sigo, nos queda saber si habrá reacción contundente y organizada de nuestra parte. Porque esto no va a parar, la represión va a seguir, la dictadura ya está aquí. Siguiente parada mañana, domingo 16, manifestación contra Cuna del Alma: prepárense para las carga que vendrán en el Puertito de Adeje.