Opinión

La Superliga europea

Según Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, esta Súper Liga
nace para salvar al fútbol. Perdóneme que discrepe. Será para salvar “SU”
fútbol. Es verdad que todos, en la vida, aspiramos a jugar en una liga
mayor. Los que siempre hemos sido pobres queremos jugar en la de los
ricos. Muchos, nos esforzamos por ascender y otros, se conforman con
vivir en la cómoda mitad de la clasificación criticando que no pueden
aspirar a más porque el sistema no les deja. Pamplinas. Con esfuerzo, se
consiguen cosas.
 
Pero, para que los que están en los puestos inferiores de la
clasificación puedan subsistir y no desaparezcan, hemos creado una
sociedad que, de alguna manera los proteja. Se crea la seguridad social
libre y “gratuita”, el seguro de desempleo, la beneficencia, etc.
Herramientas solidarias con lo que, los que tenemos dinero, ayudamos a los
que no lo pueden tener. Ahí es donde falla esta pretensión de hacer una
Super Liga Europea de fútbol. Los clubes grandes, como se ha hecho hasta
ahora, deben ayudar a que el sistema se mantenga en un equilibrio que
garantice la igualdad de oportunidades a todos los participantes.
 
Les pongo en antecedentes. 12 equipos de primer nivel quieren una
liga para ellos solos. Seis ingleses (Manchester United, Liverpool, Chelsea,
Manchester City, Arsenal y Tottenham), tres italianos (Juventus, Milan e
Inter) y los tres españoles (Real Madrid, Barcelona y Atlético) serían los
miembros fundadores y participarían siempre. Siempre, para siempre, “por
la cara”. Luego habría tres fijos más y cinco invitados cada año.
 
Me parece un ejercicio de insolidaridad descomunal que hará
explotar los verdaderos cimientos en los que se fundamenta el fútbol y el
deporte en general. Ya no se tendrían en cuenta los méritos deportivos para
alcanzar el “premio” de jugar en la mayor competición de clubes de
Europa. De esta manera se lo asegurarían de por vida. Pero, hay cosas que
me parecen mucho más graves. El deporte es superación, es lucha, es
constancia; aunque, también, entiendo que es un negocio. Concibo que
estos equipos, que están perdiendo mucho dinero debido a la ausencia de
público en los estadios, necesiten imperiosamente ingresar efectivo con el
que pagar los sueldos de los jugadores y técnicos. Pero el deporte es
competir en igualdad de condiciones y eso es una “ley inviolable”. En eso
radica la grandeza del fútbol. En que un Alcoyano pueda eliminar al Real
Madrid en la Copa del Rey me parece sublime. Eso se lo van a cargar por
arrogancia y con alevosía.
 
Los equipos han vivido sobredimensionados durante décadas. Han
basado el desmesurado incremento de las fichas de los futbolistas en los
últimos años en los ingresos aportados por las televisiones. Por esto se ha
llegado a un nivel en el que los ciudadanos vemos injusto lo que cobran los
jugadores, por el solo hecho de meter el balón en una portería. Aunque ya
escribí una vez que los culpables no son ellos precisamente, si no todos los
que creamos la audiencia de los partidos en televisión y los que son capaces
de pagar, todas las semanas, 120 euros por ver un partido en el estadio.
Ahora se ven que tienen que pagarle esos “pastizales” a los jugadores y no
saben cómo.
 
Siempre he defendido que la gente vale el dinero que es capaz de
generar. Si van 80.000 personas a un estadio a ver a Messi, entiendo que
parte de la recaudación sea para él. Pero ahora estamos en un escenario
diferente. Ahora “nadie” va a ver fútbol porque se celebran sin público.
¿Por qué debería de seguir ganando el mismo sueldo? No lo entiendo. Los
clubes deberían incidir en aliviar su crisis por ahí, bajando los sueldos
estratosféricos de sus estrellas. Adecuando el sistema a los tiempos
pandémicos. Ahí se equilibraría la balanza actual. Esto mismo lo dice hoy
Rummenigge, presidente del Bayer Munich. Pero no. Quieren seguir con su
holgura a costa de los equipos pobres. Y me niego.
 
Si se crea la Súper Liga habrá “partidazos” de primer nivel todas las
semanas. Yo, que soy futbolero, podré ver un Real Madrid contra la
Juventus y al día siguiente un Barcelona contra el Manchester United. Será
como tener unas semifinales de la Champions League, en vez de una vez al
año, todas las semanas. Suena atractivo, ¿verdad? Pero, ahora quién va a
ver un Villarreal contra el Betis teniendo la otra oferta. Se lo digo yo: sólo
los aficionados locales de esos clubes. Y la audiencia de los partidos de la
Liga española (la que algunos llaman “la mejor del mundo”) perdería todo
el interés de los aficionados. Si tiramos del hilo, me salen las cuentas: a
menos interés, menos audiencia en televisión; a menos audiencia, menos
pago a los equipos; a menos pago, menos ingresos; a menos ingresos,
menos sueldos a los jugadores. Al final, se conseguiría que la actual Liga
fuera un elemento de segunda. Y sólo para favorecer los intereses de tres
equipos “insolidarios” que lo quieren todo para ellos.
 
Ya se alzan las voces en contra de esta Súper Liga. Va a ser una
batalla, y me atrevo a preconizar que acabara sucumbiendo, porque por
encima de los intereses económicos está el verdadero espíritu deportivo. El
de todos contra todos en igualdad de condiciones. Sin dopping físico y sin
el financiero, tampoco. Yo, aviso, si esa propuesta se consolida, pongo
aquí, por escrito, que no veré ninguno de los partidos. Son mis formas de
luchar contra la injusticia social.
 
PD: En el momento que escribo esto, parece que empieza a imperar la
cordura y alguno de los clubes fundadores están dando marcha atrás.
Espero que mis amigos en América no copien, ni se les ocurra, estos
despropósitos deportivos y sigamos teniendo un deporte limpio en el que
todos compitamos con igualdad de oportunidades.
 
Luis Alberto Serrano

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