La UNED no se toca, Yonathan

Mira, Yonathan de León, querido, si vas a gobernar Arrecife como si fueras el director de una comparsa de barrio en vez de un alcalde, avísanos. Así por lo menos no perdemos tiempo esperando decisiones con cabeza y no con cencerros. Un 40% de recorte a la UNED. ¿Estamos bien? No. No estamos. Porque no hablamos de una batucada, hablamos de la única puerta universitaria abierta para muchos jóvenes, trabajadores con horarios imposibles y personas con ganas reales de superarse.

La UNED es esa esperanza que, aunque no dé votos inmediatos ni fotos en Instagram con luces de feria, transforma vidas. Pero no, Yonathan ha preferido cerrar la puerta del aula para abrir la del DJ. Porque claro, en la escala de prioridades de esta administración, la educación va detrás de las papas locas y la espuma de colores.

¿Que tu currículum académico no brilla precisamente por su profundidad? Eso ya lo sabíamos. Pero una cosa es no tener estudios universitarios, y otra muy distinta es hacerle un boicot a los que sí quieren estudiar. Esto no es gobernar, es proyectar tus carencias sobre la ciudadanía.

Y no, Yonathan, no puedes tapar la ignorancia con serpentinas. La UNED en Arrecife tiene un presupuesto de 75.000 euros. El recorte del 40% que has perpetrado le arrebata de golpe 30.000 euros. Eso no es un ajuste, es una amputación a la formación superior de la capital. Desde esa sede han salido y salen psicólogos, abogados, trabajadores sociales, docentes… parte del futuro profesional de esta isla.

Pero claro, tú de futuro entiendes lo justo: lo que dura una verbena. Esto no va de política, va de vergüenza. ¿Cómo justificas tú recortar en educación pública, mientras inflas presupuestos para fiestas y postureo barato? ¿Qué mensaje das? ¿Que formarse no merece la pena, pero que salir a bailar bajo luces LED sí? Yonathan, cariño, si te quedaba algo de respeto ciudadano, lo has quemado con el confeti de tu propia ineptitud.

Eres la versión municipal de un brindis sin copa: ruido, gesto… y vacío.

La UNED no se toca. La educación no se sacrifica para contentar a cuatro palmeros en una verbena. Porque si vas a jugar a alcalde, al menos hazlo con altura, no con zancos de feria.