Opinión

¿Ciencia ficción?

¿Ficción o realidad?, ¿es realmente imposible que tras las próximas elecciones pueda producirse un gran acuerdo de gobernabilidad entre el PSOE y el PP, pero sin Pedro Sánchez ni Pablo Casado? A pesar del drama sanitario, social y económico que estamos viviendo como consecuencia de la pandemia, los partidos no paran de maquinar para buscar el mejor posicionamiento de cara a las próximas elecciones, tanto autonómicas como generales. 

La primera gran sacudida del tablero electoral se produjo en Murcia, donde un mal movimiento de Ciudadanos produjo un debilitamiento del PSOE, un reforzamiento del PP y un primer golpe mortal al partido que lidera Inés Arrimadas. La moción de censura en la comunidad murciana, en marzo del 2021 –fruto de la deslealtad de Ciudadanos con el PP, socios de gobierno por aquel entonces– significó un golpe muy duro para los socialistas y muy especialmente para Ciudadanos que terminaron fracturándose internamente.

El error estratégico del partido de Arrimadas en Murcia sirvió de excusa para que, casi simultáneamente, la presidenta de Madrid, Isabel Diaz Ayuso, llevara a cabo lo que deseaba desde hacia tiempo: acabar con las continuas deslealtades de su vicepresidente, Ignacio Diaz Aguado. Ciudadanos recibió un segundo golpe mortal.

Ahora, después del persistente runrún sobre una posible moción de censura de Ciudadanos a su socio de gobierno en Castilla León, su presidente Alfonso Fernández Mañueco acaba de disolver las Cortes de Castilla y León y convoca elecciones anticipadas para el próximo trece de febrero. Todo apunta a que Ciudadanos seguirá pagando la factura de un mal cálculo de Murcia.

Los errores de Ciudadanos en Murcia, Madrid y Castilla León dan aire al Partido Popular y a su líder Pablo Casado, que recupera  terreno en los sondeos y se sitúa con opciones de superar a los socialistas. La previsible siguiente convocatoria de elecciones en Andalucía, alrededor del próximo verano, puede reforzar todavía más el indisimulado optimismo de los populares.

Queda mucho tiempo por delante para las próximas elecciones generales y la evolución de la pandemia y especialmente de la economía, de la cesta de la compra, pueden ser determinantes. No obstante, a día de hoy la tendencia de los sondeos favorecen a los de Casado –siempre muy alejados de la mayoría suficiente para gobernar, eso sí, necesitando imprescindiblemente el apoyo de Vox–.

En este orden de cosas, los sondeos anuncian la estabilización del partido de Abascal con algunas expectativas al alza, oscilando entre cincuenta y sesenta diputados. Fríamente analizado, no parece que Vox vaya a participar en tareas de gobierno con los populares. Tampoco es previsible un compromiso firme de los de Abascal para garantizar un gobierno liderado por Casado con sólo de alrededor de ciento vente diputados, que son los que le dan los sondeos más optimistas. O Vox cambia mucho su catecismo político para favorecer un acuerdo con el PP, o el PSOE logra sumar una mayoría con los partidos territoriales que supere a las fuerzas conservadoras, o España estará abocada a un gran acuerdo entre el PSOE y el PP para poder hacer frente a la complicadísima situación económica que la pandemia nos dejará como herencia. 

Una gran coalición entre PP y PSOE, sin Casado ni Sánchez. Quizá sea la única salida para abordar unos tiempos muy difíciles que vienen. ¿Ficción o realidad? El tiempo dirá.

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