Opinión

Ruido, fango y elecciones

Ruido, fango y elecciones

El ruido, el fango y lo peor del comportamiento humano han inundado estos últimos días la política de las Islas. Un señor con un amplio historial delictivo ha sido capaz de poner patas arriba la política en España, y  particularmente en Canarias. Su tarjeta de visita lo acredita: falsificación de documento público (un año y diez meses de prisión; robo con fuerza en las cosas (2 años de prisión); falsificación de documento público, oficial o mercantil (2 años y 6 meses de prisión; abandono de familia ( 6 meses de prisión y 12 meses de días multa); estafa (6 meses de prisión); conducir sin permiso de conducir (8 meses de multa), todos ellos cancelados legalmente.

Ese brillante historial y la sinvergrüencería y, en algunos casos, ingenuidad de colaboradores necesarios, le han servido para ser la estrella invitada en los medios de comunicación más importantes del país, ¡qué pena!

Centrados como hemos estado en las hazañas del mediador, casi no nos hemos dado cuenta que los intereses bancarios han vuelto a subir y que la repercusión en las hipotecas hace que muchas familias empiecen a tener serias dificultades para cumplir los compromisos contraídos con terceros. El precio de los alimentos sube por encima del crecimiento de los salarios y a las familias les cuesta más cada día llegar a fin de mes. Todo indica que la alegría presupuestaria vivida después de la pandemia puede estar tocando a su fin.

En la recta final hacia las elecciones de mayo, lamentablemente todo vale en la política española para doblegar al adversario. Las denuncias de irregularidades y la utilización de los medios de comunicación y de la justicia irán cobrando día a día más protagonismo.

Al grosero y vergonzante caso mediador, que pone en serias dificultades a determinados integrantes del partido socialista, se le responde desde el otro lado de la trinchera activando el caso kitchen que tanto daño está haciendo a la imagen de los populares. Del fuego cruzado no se libra nadie, ni siquiera algunos que, al parecer, “pasaban por allí”.

Como es habitual, el ventilador funcionará a tope y manchará todo lo que pueda de cara las elecciones que tenemos a la vista, las municipales y autonómicas, en mayo y las generales solo unos meses después.

Con ese escenario de fondo, la pregunta que empiezan a hacerse unos y otros es en qué afectará  a los resultados electorales estos escándalos políticos, económicos y sociales que serán convenientemente amplificados por los respectivos fans mediáticos hasta que se celebren las elecciones que tenemos a la vista.

No parecía estar en la estrategia de los principales partidos políticos utilizar la corrupción como arma electora, pero el llamado caso mediador ha provocado un verdadero terremoto que ha dinamitado el manual de campaña de los partidos. Hay un cierto hastío entre la gente de que cuando se aproxima un periodo electoral empiezan a aparecer noticias vinculadas al ejercicio de malas praxis en el ejercicio de la política, la justicia o en el mundo empresarial; el alineamiento interesado a unas u otras tesis de los medios de comunicación se encarga de hacer el resto.

No obstante, la economía suele ser determinante a la hora de la decisión de votar a unos o a otros. La situación económica, el empleo y el bienestar son factores claves a la hora de inclinar la balanza. En el horizonte aparecen nubarrones que siembran algunas dudas sobre las perspectivas económicas que vamos a tener en los próximos meses. El incremento de los tipos de interés y el encarecimiento de la cesta de la compra pueden repercutir a la hora de votar.

No obstante, en Canarias, el magnífico comportamiento que está teniendo el turismo y la buena salud de la que gozan las cuentas públicas pueden ayudar al actual pacto de gobierno  para amortiguar el impacto del mal trago que les está suponiendo el caso que avergüenza a la mayoría de las ciudadanía de las Islas.

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