Opinión

Torres se la juega en Madrid

Torres se la juega en Madrid

La semana que termina nos deja un nuevo Gobierno para nuestra tierra. El PSOE,  Nueva Canarias y Unidas Podemos le ganaron el envite a CC, PP y Ciudadanos a la hora de sumar al comodín que garantizaba el éxito de la partida: la Agrupación Socialista Gomera. Aunque inicialmente ASG se mostró a favor de inclinar la balanza en favor del bloque que nucleaba CC, al final la suma de errores estratégicos en que incurrió Coalición Canaria hizo que la formación liderada por Casimiro Curbelo se decantara por el bloque liderado por los socialistas.
 
Ahora toca gobernar. Toca llevar a la práctica los compromisos asumidos en la campaña electoral y, especialmente, los contraídos tanto en el programa de gobierno como en el discurso de investidura. La labor que tiene por delante el Gobierno que preside Ángel Víctor Torres no es nada sencilla. No es lo mismo ver las cosas desde fuera -sin responsabilidades de gobierno- que ser el responsable en primer término de las mismas.
 
La primera tarea que tiene Ángel Víctor Torres es compactar y cohesionar un Gobierno conformado por cuatro fuerzas políticas que llegan con desbordante ilusión y ganas de cambiar las cosas, pero que de inmediato tropezarán con el corsé de una maquinaria administrativa que camina a su ritmo.
 
El mayor obstáculo con el que va a encontrarse el Gobierno de Torres no está en Canarias: está en Madrid
 
Acierta el presidente colocando en los dos departamentos horizontales del Ejecutivo a dos experimentados políticos como son Julio Pérez -Administraciones Públicas y Justicia- y a Román Rodríguez -Hacienda Presupuestos y Asuntos Europeos-. Sin duda, la presencia de Pérez y Rodríguez en el Consejo de Gobierno ayudará -especialmente en la primera parte de la andadura- a los que no han tenido experiencia en el primer nivel de la dirección política a familiarizarse con los procedimientos a seguir para cumplir con los objetivos que cada departamento ha comprometido.
 
En un Gobierno del que forman parte cuatro fuerzas políticas va a ser clave la cohesión interna que mantengan; no es lo mismo tener como objetivo alcanzar el poder que -una vez obtenido éste, cuando ya no se tiene un adversario al que combatir- dar muestras de generosidad para sacrificar el interés partidario en aras del proyecto común que les ha unido.
 
En cualquier caso, el mayor obstáculo con el que va a encontrarse el Gobierno de Ángel Víctor Torres no está en Canarias: está en Madrid. Curiosamente, las mayores dificultades para mantener la cohesión interna se las puede encontrar un Gobierno presidido por un socialista en Canarias con un Gobierno de España presidido por un compañero de partido.
 
Ángel Víctor Torres debe ser exigente para que el Gobierno de España cumpla con Canarias
En 1993 una moción de censura tumbó al Gobierno de Canarias presidido por Jerónimo Saavedra, que gobernaba con el apoyo de las extintas AIC. En Madrid, otro socialista, Felipe González, presidía el Gobierno del Estado. La falta de tacto del Gobierno de González con relevantes asuntos que preocupaban en Canarias -REF, competencias en carreteras, INSALUD- hizo de pegamento para que diversos partidos se unieran y, encabezados por el entonces vicepresidente Manuel Hermoso, impulsaran una moción de censura.
 
Los partidos de ámbito estatal suelen minusvalorar a sus organizaciones territoriales -excepto, en el caso del PSOE, a algunas como la catalana o la andaluza por peso poblacional-político que representan-. Una de las grandes claves que van a favorecer -o entorpecer- la buena sintonía entre los partidos que forman parte del nuevo Gobierno de Canarias va a estar en el compromiso que asuma Pedro Sánchez con los asuntos contemplados en la llamada ‘Agenda Canaria’.
 
Ángel Víctor Torres debe ser exigente para que el Gobierno de España cumpla con Canarias; debe serlo por el interés de todos los que vivimos en esta tierra y por la cohesión y estabilidad del Gobierno que preside. En sus primeras declaraciones públicas como presidente de Canarias ha dejado muy claro que será exigente para que el Gobierno del Estado cumpla sus compromisos con las Islas. El tiempo dirá si el PSOE y el Gobierno de Sánchez leen adecuadamente lo que el trato que se dé al Archipiélago significa para Canarias y, especialmente, para la estabilidad del Ejecutivo presidido por Torres.

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